Cultura

Que la guerra no me sea indiferente

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“Solo le pido a Dios, que la guerra no me sea indiferente, es un monstruo grande y pisa fuerte toda la pobre inocencia de la gente”, dice la letra de Mercedes Sosa de su éxito, “Solo le pido a Dios”, que inspira completamente este artículo a propósito de lo que vivimos en la actualidad.

“Solo le pido a Dios, que el dolor no me sea indiferente; que la reseca muerte no me encuentre, vacía y sola sin haber hecho lo suficiente; solo le pido a Dios que lo injusto no me sea indiferente, que no me abofeteen la otra mejilla, después que una garra me arañe esta suerte”.

Declarándome ignorante de la comunicación internacional y sin pretender escribir una sola letra del análisis que dejo a los expertos en la materia, a propósito de la guerra entre Rusia y Ucrania, toda acción militar de confrontación que es causante de muerte, me parece una de las aberraciones más grandes de la condición humana desde que el hombre es hombre.

Por eso me quedo con la frase que popularizaron Yoko Ono y su difunto marido John Lennon, “hagamos el amor y no la guerra”, original de Gershon Legman, como reclamo a la guerra en Vietnam y que la pareja de artistas acompañó con su famosa campaña “la guerra terminó (War is over), feliz Navidad”.

Sin duda, el amor, base de todas las religiones, es el antídoto de cualquier sinrazón y sin sentido como la guerra, en cualquiera de sus presentaciones, por lo que también haciendo eco de los Beatles podemos decir que sigue vigente su tema “Todo lo que necesitas es amor” que fue escrita en 1967 también en época de las hostilidades en Vietnam.

Y es que, si bien es cierto que es inherente a la condición humana, la lucha por el poder, por el dinero, el control, las pasiones, los placeres, el ego y un sin número de cosas más, también parece natural de los seres humanos el no aprender nada y tener que seguir repitiendo lecciones dolorosas.

“Después de una pandemia, una guerra, está claro que no aprendimos nada”, decía uno de esos gráficos que circulan por redes sociales y que suscribimos a cabalidad.

Cuando una enfermedad había azotado a la humanidad por más de dos años con múltiples consecuencias negativas y todo indicaba que veríamos la vida de una manera más amable (de amabilidad y, del verbo amar), la aberración de una guerra con posibilidades en detonar un conflicto mundial, nos sacude, como si necesitáramos más acciones negativas en el planeta.

Cambiamos las imágenes de gente caminando por la calle con sus cubrebocas, como era lo usual en cualquier parte del mundo hasta hace unos meses, por fotografías y videos de militares, tanques de guerra y civiles sufriendo los horrores de una guerra que apenas empieza y ha conmocionado al mundo.

Por ello suscribimos que solo le pedimos a Dios que la guerra no nos sea indiferente.

Y mientras leíamos notas sobre la guerra en Europa del este, ayer mi compañera y yo nos pusimos a ver una película cuyo nombre parecería engañoso a la luz de las hostilidades actuales: “Cuarto de Guerra”.

Un hermoso mensaje que nos hace reflexionar de cómo a los seres humanos nos hace tanta falta el amor y la fe para enfrentar todas las guerras que vienen de nuestras pasiones y nuestros egos en sus diversas modalidades.

Que pidamos estrategia a Dios y dejemos que Él pelee por nosotros nuestras batallas, con la certeza de que seremos victoriosos, es el otro concepto que nos deja esta producción cristiana y que, más allá de credos, suscribimos también porque estamos convencidos que debemos convertir nuestras prioridades y volvernos a los principios universales básicos del amor, la paz y la verdad.

Cómo les decimos a los pacientes de adicción cuando inician sus tratamientos o rehabilitaciones: la guerra terminó, deja de pelear con todo y contra todos.

Que la guerra no nos sea indiferente, que la paz sea nuestra lengua universal y que unamos nuestras intenciones y oraciones por los momentos que hoy vivimos en nuestro mundo.

Omar Cervantes Rodríguez

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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