Cultura

Los huevos al gusto

Cuando tuve la fortuna de formarme y hacer mis prácticas como terapeuta de adicciones y después trabajar formalmente en la Clínica Monte Fénix, una de las más prestigiadas del país, le escuché una frase a un colega en una sesión grupal, que desde entonces utilizo mucho en mis pláticas y textos: los huevos no siempre son al gusto.

“En la vida, los huevos no siempre son al gusto, a veces ya están hechos y tienes dos opciones, comértelos o quedarte con hambre porque no hay más”, dice esta frase de confrontación para sugerir que las cosas no siempre son como a nosotros nos gustaría.

Es muy común tanto en los grupos terapéuticos clínicos como en los de ayuda mutua, escuchar a los pacientes con baja tolerancia a la frustración, quejarse de que la vida los ha maltratado, que nada les resulta como desean y que todo les sale mal, lo cual además de ser una expresión de pensamiento negativo y de víctima, les complica la posibilidad de aceptar las cosas simplemente como son.

En pocas palabras, quisieran que el “menú” de la vida siempre fuera abierto, les tomaran la orden y pudieran pedir huevos al gusto o cualquier otro platillo de su predilección y preparado a su gusto.

Cuando se dan cuenta de que lo que están “ordenando” no viene en el “menú”, algunos en su frustración muestran cualquiera de las caras de la neurosis, incluyendo los berrinches, los pataleos y, en casos extremos, el tirarse al piso.

En realidad eso pasa muy a menudo en el mundo cotidiano de cualquier ser humano. Se vale querer algo, pedirlo y esperarlo, pero si eso no está a nuestro alcance, lo más sano es pedir otra cosa y aceptar la situación.

¿Alguna vez ha visto a una persona reclamar con prepotencia en un restaurante, en un banco, en una ventanilla de atención al cliente o en una gasolinera, exigiendo de mala forma porque “el cliente siempre tiene la razón”?

Así pasa muy a menudo en la vida, no solo de los adictos, sino de cualquier ser humano. En ocasiones no solo no está disponible nuestro platillo y no hay huevos al gusto, sino que estos ya están hechos y más vale comerlos con gusto, dar gracias a Dios por tener alimentos, antes de tener que pasar hambre o hacer una rabieta que en nada cambiará las cosas.

Tony Robbins, a quien suelo citar a menudo por ser uno de los mejores coaches del mundo, suele decir que “la vida no te está pasando a ti, está pasando para ti y de ti depende como quieras tomarla”. En otras palabras, no te tomes nada personal, acepta las circunstancias y busca en cada una de ellas lo que la vida quiere decirte y cómo debes moverte para tu mayor bien.

De cómo aceptar la vida cómo es y de muchas cosas más nos narra el libro “Rendirse para triunfar: la alegría de vivir”, que se presenta hoy en Monterrey y que esperamos pronto podamos compartir en alguna plática en Puebla.

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Omar Cervantes
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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