Cultura

Las doce promesas

Agradecemos a quienes nos han pedido abordar en nuestros artículos el desglose de las 12 promesas de la recuperación, basadas en el programa de los 12 pasos que crearon los alcohólicos anónimos y que han sido adoptados por grupos de otras adicciones.

Por ello, a partir de hoy dedicaremos el primer texto del mes a cada una de las promesas y en esta ocasión para ponernos al corriente, abordaremos el uno y dos, correspondientes a enero que ya pasó y febrero que está iniciando.

La primera promesa dice que “vamos a conocer una libertad y una felicidad nuevas”, refiriéndose al hecho de que uno de los primeros logros de la rehabilitación es romper con la esclavitud que nos tenía prisioneros ya fuera del alcohol, de alguna droga o de una conducta adictiva como las apuestas o los videojuegos.

Amanecer sin resaca, estar derrotando día a día la imperiosa necesidad de consumir y, comenzar un proceso de cambio.

Además de ser liberador, nos regala la posibilidad de abrazar una nueva forma de felicidad en la que somos más conscientes de los detalles que nos rodean, incluyendo los pequeños, en los cuales antes ni siquiera reparábamos.

La segunda promesa nos ofrece que “no nos lamentaremos del pasado ni desearemos cerrar la puerta que nos conduce a él”, habiendo aprendido a vivir en el plan de las 24 horas, del famoso solo por hoy que nos brinda la posibilidad de estar atentos en el aquí y el ahora.

La mayoría de las personas, adictos o no adictos, solemos tener un lazo indestructible con nuestro pasado, añorando lo que fue y ya no está o lamentándose de lo que no pudo ser, por lo cual sanar la historia personal es la puerta que se abre para dejar de vivir en tiempo pretérito.

Así, aprendemos a reconocer nuestro pasado como parte de nuestra historia, a veces un tesoro que hay que compartir con alguien más como un testimonio y muchas veces como algo que simplemente fue, que ya no nos preocuparemos por negar o por magnificar, entendiendo que ya pasó y que hoy nos da la oportunidad de vivir en el presente, en el regalo del hoy, en paz y en armonía.

Sin importar lo doloroso que hayan sido algunos capítulos de nuestra historia o lo jubiloso de un ayer que ya no está, aprendemos a vivir plenamente en el aquí y el ahora, sabiendo que no podemos echar el tiempo atrás y poniendo toda nuestra energía en construir la mejor versión de lo que somos en este momento.

Si en el pasado sentimos culpas y vivimos con remordimientos, procuramos ponernos en paz con la historia y aprovechamos el tiempo que tenemos en el presente para construirnos un mejor futuro, reconstruyendo nuestras relaciones, comenzando con la que tenemos con nosotros mismos, además de reparar cuando sea posible los daños del ayer y recomenzar nuevos capítulos de nuestras vidas.

Omar Cervantes

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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