Leo el titulo del artículo y no tiene nada que ver con el gol histórico de Diego Armando Maradona, aunque sí, con aquellos designios divinos que hacen que los caminos de unas personas se unan con otras.
Hace apenas un par de semanas fui invitado a un programa de televisión para hablar como especialista en adicciones y, como cada vez que doy una plática, comento que si con el mensaje puedo ayudar a una persona o a una familia, doy gracias a Dios por servir a otros.
Afortunadamente y como casualidad, una familia se encontró con ese canal y después hicieron contacto conmigo.
Hasta ahí la historia de esa “coincidencia” para mantener la discreción y el anonimato de estas personas, cuyo caso uso solo para reafirmar mi convicción de que es la mano de Dios, o de un Poder Superior como le llaman en los grupos de 12 pasos, la que obra cuando se trata de iniciar un proceso de cambio, de rehabilitación o de recuperación de una adicción o de cualquier enfermedad.
Tengo casi nueve años de impartir conferencias, de haber participado en diversas entrevistas para prensa, radio y televisión, incluyendo medios nacionales, sumo ya ocho años de escribir esta colaboración semanal en Notivox y en ese lapso he publicado dos libros sobre adicciones y crecimiento humano, siendo siempre mi expectativa la misma.
Con que el mensaje llegue a una persona a quien podamos ayudar, nos damos por bien servidos, igual que lo hacemos en nuestras redes sociales ya con seis años de trabajo sin pretender ser influencers o trendings sino tratando de mover las fibras sensibles de los seres humanos que nos leen o nos escuchan.
Este año cumplo también nueve años como terapeuta individual, familiar y de pareja, especialista en adicciones y codependencia, así como relaciones tóxicas y conductas obsesivo compulsivas, como coach de bienestar integral, siempre tratando de priorizar la parte humana.
Y al igual que en mi propio proceso personal de vida que me llevó a estudiar otras especialidades ya con más de 40 años, la mano de Dios siempre ha estado presente y con esta breve historia de un par de televidentes, como ha sucedido también con seguidores de nuestras redes, nos permite dar testimonio de que siempre podemos ayudar a alguien que lo está necesitando.
