Cultura

Ingobernables

Dice el primer paso de los Alcohólicos Anónimos que la vida de un bebedor problema “se ha vuelto ingobernable” y esta parte a veces suele olvidarse ya que normalmente se pone sólo atención en la admisión de la impotencia ante la bebida (o sustancia de preferencia), aunque quizás sea la ingobernabilidad lo más importante que se debe tratar, dirigiendo el camino de la recuperación a una vida útil y feliz.

Justamente ayer en nuestra transmisión en vivo por facebook de nuestra plataforma “La Alegría de Vivir sin Adicciones”, a propósito de los 85 años de haber sido fundada la organización de AA, abordamos lo referente a la ingobernabilidad, como la expresión de un trastorno mental cuando el adicto está en negación o en ese deseo imperioso que lo lleva a defender su consumo, como dicen en los grupos, “hasta el grado de la locura y la muerte”.

Comentamos también que, así como los adictos en recuperación con los 12 pasos, todas las implicaciones que ha vivido nuestro mundo este año inédito en el que la pandemia del coronavirus ha dejado diversos efectos secundarios en los seres humanos, entre ellos una posible multiplicación de enfermedades relacionadas con la salud mental, en algunos casos como una reacción postraumática de lo ocurrido en estos meses de aislamiento social y sus consecuencias, entre ellas la de la ingobernabilidad de los individuos que no han podido, o no han querido, adaptarse con docilidad a la nueva realidad.

Si buscamos en un diccionario tradicional el significado de ingobernable, nos encontramos “que no puede ser dirigido, guiado o controlado”, “indisciplinado, rebelde, incorregible, díscolo, insumiso, que no es capaz de gobernar su vida”.

Para los autores del programa de los 12 pasos de AA, que después fue adoptado por todo tipo de adicciones y no solamente al alcohol, así como los familiares y codependientes, el primer paso, dependiendo de la edición, dice que “admitimos que somos impotentes ante la adicción y que nuestra vida se había vuelto ingobernable”.

En una manera muy sencilla de entender este paso, que quizás sea el más difícil de practicar para un adicto, podemos decir que la negación de la enfermedad o el deseo permanente e infructuoso de controlar la sustancia (o conducta patológica) de preferencia lleva al dependiente a realizar cualquier cantidad de intentos de todo tipo con tal de volver a hacerlo sin hacerse daño y sin consecuencias, convirtiendo sus vidas en una verdadera locura, llamada por ellos ingobernabilidad.

Es, en otras palabras, sus vidas se convierten en una lucha permanente por volver a “ser normal” cuando ya se ha desarrollado la enfermedad y, por ende, vivir en un caos permanente en el que las pérdidas son cada vez mayores y el fondo cada vez más profundo.

Dicen algunos autores de la evolución, que toda situación caótica es un momento de cambio y transformación que genera un nuevo orden, que a su vez encuentra la expresión de nuevas situaciones caóticas, hasta que finalmente el orden prevalece.

Por ello mi propuesta para los adictos y las personas que acuden a consulta con un deseo sincero de cambio y de evolución, es la de reconocer el caos o la ingobernabilidad en que sus vidas se han convertido, antes siquiera de analizar la causa, que, en palabras de los 12 pasos, sería su impotencia ante la adicción o su incapacidad de controlar su dependencia química o patológica.

En muchas ocasiones, siendo conscientes de las consecuencias, de las pérdidas y del caos, es que se puede llevar a una persona a admitir su realidad innegable, como en el caso de los adictos, de hacer consciencia de que tienen una enfermedad mental que debe ser tratada y que implica la abstinencia de la sustancia o conducta patológica.

Cuando una persona suele darse cuenta del caos o de la ingobernabilidad con que está viviendo, así como de las pérdidas y de todas sus consecuencias negativas, suele prenderse el deseo de buscar alternativas de mejora, como lo indica justamente el modelo de cambio, el modelo transteórico de Prochaska y DiClemente.

Y así como para nosotros la recuperación de un adicto o de un codependiente en ocasiones trae cambios casi milagrosos cuando todo parecía perdido, como humanista y partidario del enfoque existencial de Rogers, Maslow y Perls, confiamos plenamente en que toda persona puede tener una segunda o una tercera oportunidad de una vida mejor, sin importar sus circunstancias.

Así que para nosotros no aplica la vieja frase coloquial de que chango viejo no aprende maroma nueva, todo lo contrario, nunca es tarde, nunca es antes, ni después, para generar un despertar de la consciencia.

Por ello somos de los que pensamos que, en estos momentos de crisis de diferentes índoles derivadas de la pandemia mundial por Covid19, los seres humanos, aun habiendo pasado por el enojo, la frustración, el duelo en muchas ocasiones y la ingobernabilidad o rebeldía ante lo que ha venido sucediendo, tenemos ante nosotros la enorme posibilidad de salir más fortalecidos de estos momentos críticos, resignificar nuestro camino, ver la vida con otra mirada y, encontrar el para qué de todo esto, para construir un mundo mejor para todos.

De corazón, esperamos que así sea.

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Omar Cervantes
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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