Cultura

Cómo si fuera el último día

Entramos al tercer mes del año, para algunas iglesias en esta ocasión coincide con el inicio de la Cuaresma y la víspera de la Semana Santa, recibiendo este momento en medio de un conflicto bélico que tiene a todo el mundo tiene en ascuas y, para algunos, el fin de la pandemia por el coronavirus o al menos la entrada a una nueva etapa en la que parece que paulatinamente volvemos a la normalidad.

Así que bienvenido marzo con este contexto y muy sensibles por lo que sucede en el planeta, reflexionamos sobre una plática que tuvimos el fin de semana pasado en la que el principal portavoz hacia escenarios de qué pasaría si de pronto nos dijeran a cada uno de nosotros que estamos en los últimos tres meses de vida.

Nuestro comensal, Antonio, entrado en los sesentas, con un dejo de sabiduría que solo una vida vivida a plenitud hace posible, comentaba que sería una oportunidad de vivir al máximo cada día, como si fuera el último día.

Agradecer a todas y todos los que han estado en los vagones de nuestras vidas en sus diferentes rumbos, poner todos nuestros asuntos en orden, disfrutar al máximo todo lo que nos place y nos complace, así como aceptar que todos y cada unos de los pasajes de nuestro caminar han sido perfectos y han sucedido porque tenían que suceder y ha sido nuestra opción tomarlos o no con la mejor actitud.

En nuestras más de dos décadas trabajando en desarrollo humano, recuperación de alcoholismo, adicciones, codependencia y algunos otros trastornos obsesivo compulsivos, hemos aprendido, junto a las personas a las que hemos acompañado, que lo único que tenemos en esta vida es el hoy, el presente. Solo por hoy, no hay mañana, no hay futuro, solo hoy, viviendo de la mejor manera posible, en paz en armonía, soltando los apegos y confiando en que todo obra para bien, por lo que no podemos estar más que de acuerdo con Antonio en el sentido qué hay que vivir al máximo, en gratitud y llenos de alegría.

La pandemia y sus efectos, así como la posibilidad de una guerra que afecte a todo el mundo, son por supuesto dos motivos para reflexionar en la vulnerabilidad de la condición humana y en la conveniencia de las personas de encontrarnos con nuestra paz interna, además de darnos la oportunidad de ver la vida de una forma diferente.

Quisiéramos que no fueran eventos como esos los que nos movieran, sino la constante necesidad de ser mejores siempre, para impulsarnos y cada 24 horas darnos la oportunidad de decir, como canta Serrat: “hoy puede ser un gran día, plantéatelo así”.

Así con esa actitud recibimos marzo deseándoles a cada uno de nuestros lectores que sea un gran mes, lleno de salud, bienestar integral, fe y esperanza, con todas las bendiciones divinas.

Omar Cervantes

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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