Como cuando en algunas escuelas, hace varias décadas, calificaban con letras y no con números, se terminó el primer semestre de gestión de la primera Presidenta de México y Claudia Sheinbaum Pardo tiene una A de aprobación, así como ella firma en sus mensajes, Presidenta con A.
Desde la semana pasada y ayer han circulado encuestas públicas con fuentes bien acreditadas y, de forma inédita, la primera mujer al frente del Ejecutivo Federal no sólo mantuvo el apoyo de la población con el que arrasó en las elecciones del 2024, sino que además sumó la simpatía de muchos que no votaron por ella o no creían que fuera capaz de llevar las riendas de México, con un promedio arriba del 80 por ciento de aprobación.
Incluso por arriba del nivel del aprobación de 75 por ciento del expresidente Andrés Manuel López Obrador en sus primeros meses y el primer año de gobierno, la mandataria, quien además se ha posicionado como una de las líderes más influyentes del mundo, ha rebasado las expectativas, sobre todo las de sus críticos que apostaban a que los temas bilaterales con los Estados Unidos y otros retos que ha enfrentado, bajarían su calificación.
Sin duda, uno de los mayores aciertos precisamente ha sido el cómo ha actuado y ha sabido administrar la relación con el presidente norteamericano Donald Trump, con aplomo y firmeza, sin caer en crisis y con la cabeza muy fría, mientras Canadá entra en confrontación, la Presidenta Sheinbaum ha sabido mantener la estabilidad en las negociaciones comerciales que incluyen en la agenda los temas de seguridad, tráfico de drogas, delincuencia organizada y migración.
Adicionalmente, las políticas sociales y de bienestar, continuación de los programas de la 4T en el sexenio de López Obrador, indudablemente le han consolidado la gratitud en la población.
Se fue un semestre de la primera mandataria mexicana y comenzaron las campañas para la elección de servidores del Poder Judicial Federal. Sin duda México está cambiando y su comunicación también, como comentamos la semana pasada.
Veamos cómo viene el segundo semestre de esta histórica administración pública que parece llevar con firmeza al país hacia el segundo piso de la transformación, contra todos los pronósticos y pese a los augurios de recesión económica.
Por el bien de todos, que le siga yendo bien a la Presidenta Sheinbaum.
