Política

Gracias, México: me voy con el corazón lleno de gratitud

Luis M. Morales
Luis M. Morales

Mi misión diplomática en México está llegando a su fin. Han sido cuatro años y medio de trabajo intenso, de compromiso profundo y aprendizaje constante, vividos en un tiempo marcado por desafíos históricos para mi país. Al cerrar esta etapa tan significativa, deseo expresar mi más sincero agradecimiento al pueblo de México, al gobierno federal y a todos quienes han acompañado a Ucrania en estos momentos tan difíciles.

Desde el inicio de la agresión militar a gran escala por parte de la Federación de Rusia, México ha demostrado una solidaridad firme y generosa con el pueblo ucraniano. Estoy profundamente agradecida por el apoyo constante del pueblo mexicano, que ha respondido con empatía, sensibilidad y comprensión ante el sufrimiento de millones de ucranianos que han perdido sus hogares, sus seres queridos y su vida pacífica.

Estoy convencida de que este dolor no es ajeno para el pueblo mexicano. México, con su historia de luchas por la libertad, la soberanía y la justicia, comprende mejor que muchos lo que significa enfrentarse a un poder imperial que busca negar la existencia misma de una nación.

La guerra que Rusia libra contra Ucrania no es solo una invasión armada. Es la manifestación brutal de un imperialismo neocolonial, impulsado por las ambiciones del actual líder del Kremlin. Vladímir Putin ha declarado abiertamente que, para detener su agresión, deben eliminarse las “causas profundas”. Y esas causas, según él, son claras: la existencia misma de Ucrania como Estado soberano y del pueblo ucraniano como nación libre. Su objetivo es eliminarnos, borrarnos del mapa, dado que su gran temor es la libertad.

Putin no teme a las armas, teme a las ideas. Teme la autodeterminación, la democracia, el pensamiento libre. Por eso ataca todo lo que representa una amenaza a su visión autoritaria del mundo. En este contexto, la postura clara y firme de México en defensa del derecho internacional, de la soberanía y de la integridad territorial de los Estados adquiere un valor enorme. Es una posición valiente en favor de la justicia, la paz y la dignidad de los pueblos.

Durante mi tiempo en México, he tenido el privilegio de conocer de cerca la riqueza de su cultura, la calidez de su gente y la profundidad de su historia. Me voy con el corazón lleno de gratitud y con la certeza de que los lazos entre nuestras naciones seguirán fortaleciéndose, guiados por los valores que compartimos: libertad, dignidad humana y solidaridad.

Ucranianas y ucranianos somos un pueblo con una historia milenaria, al igual que el mexicano. A lo largo de los siglos, hemos sobrevivido a persecuciones, guerras, hambrunas y represiones. Pero jamás dejamos de luchar, porque siempre creímos en nuestra identidad, en nuestra libertad y en nuestras propias fuerzas. Hoy, ante una nueva agresión brutal, también resistimos. Y resistimos porque creemos, con cada fibra de nuestro ser, en nuestra victoria, en la verdad y en el futuro de una Ucrania libre, soberana, fuerte y europea.

Como escribió el gran poeta mexicano Octavio Paz,“la libertad nace del enfrentamiento con lo que parece inevitable”. Y esa convicción de que nada está perdido mientras haya voluntad y dignidad nos une a México.

Te agradezco, México, por tu amistad, por tu apoyo, y por no permanecer indiferente ante el sufrimiento de un pueblo que lucha por su existencia y su libertad.

No es un adiós, es un hasta luego.

Con gran agradecimiento y afecto.


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Oksana Dramaretska
  • Oksana Dramaretska
  • Embajadora de Ucrania en México
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