Una familia que no abraza y protege a sus niñas y niños es el contexto violento que hace realidad la sentencia: “Niño que no es abrazado en su tribu, cuando sea grande quemará la aldea para sentir su calor”. Contextos propios de la violencia vicaria.
Es el caso de Ma. Elena Ríos, víctima de la violencia de género más cruel, quien tuiteó: “Yo llevo 574 días sin mis hijos. Hoy son 19 meses de angustia, estrés, coraje, incertidumbre, desesperación, agonía, noches sin dormir. Pero a pesar de todo tengo fe en Dios de que pronto todo esto va a terminar”.
La violencia vicaria es un tipo de violencia de género que no inicia con la sustracción o secuestro de las hijas e hijos de una pareja en conflicto; tiene como antecedentes la violencia en el noviazgo, violencia intrafamiliar, amenazas y manipulación previa y posterior a la separación de la pareja.
Con estos actos, el violentador vicario busca el control y dominio de la mujer con la que tiene en una relación de poder basada en la desigualdad; su objetivo es dañarla a través de sus seres queridos, especialmente, sus hijas e hijos, a los cuales cosifica al utilizarlos como herramientas para infringir dolor a su madre.
Según el INEGI, en Tamaulipas, el 32.7% de las mujeres han sido violentadas por sus parejas (ENDIREH, 2021). Las madres víctimas de violencia vicaria reciben maltrato psicológico, económico y familiar; además de diferentes tipos de amenazas, como dañar a sus hijas y/o hijos si se separaban o denunciaban, no verlos o asesinarlas.
La semana pasada, en Tamaulipas, se tipificó el delito de violencia vicaria. Abogadas del Sur, a través de la iniciativa presentada por la Diputada morenista Gabriela Regalado, impulsaron esta importante reforma que complementa la de 2022, la cual introdujo el concepto de violencia vicaria a la Legislación local, a propuesta de la Diputada priista Alejandra Cárdenas.
Con la reforma al Código Penal local, ahora se mandata, en su artículo 368 Octies, prisión de 8 años a violentadores vicarios con posibilidad de incrementar un tercio si incurre en daño físico a las hijas o hijos, personas mayores de sesenta años de edad, con discapacidad, mascotas o bienes de la víctima.
Por lo que es necesario denunciar, pero ante la reciente incorporación del concepto, apenas en 2022, en las legislaciones de Zacatecas, Hidalgo, Edo. de México, Yucatán, Campeche, Morelos y Tamaulipas, lo primero es dar a conocer estas reformas.
El pasado 13 de enero, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos hizo un llamado a una discusión abierta, responsable e incluyente sobre la eliminación de la violencia vicaria entre diversos grupos de la sociedad, con el fin de enriquecer la defensa y protección de los derechos humanos de niñas, niños, adolescentes y mujeres.
Ante este llamado, esperamos respuesta de instituciones tamaulipecas como el Instituto de las Mujeres que dirige Diana Luz Gutiérrez González, la Secretaría de Educación a cargo de Lucía Aimé Castillo, la Comisión de Derechos Humanos en manos de Olivia Lemus, entre otras; para colaborar en la prevención y eliminación de la violencia vicaria.
Abracemos a nuestras niñas y niños, que sea nuestro amor el que calienten sus vidas, no nuestras aldeas en llamas.