Circula en internet una petición que exige la destitución de Alejandra Frausto como secretaria de Cultura. El detonador fue el escándalo desatado por la captura de pantalla de un grupo de WhatsApp integrado por diversos funcionarios de esa dependencia, con el título de “Desactivación colectivos”.
El hecho es de una torpeza y una insensibilidad notables: no conformes con nombrar así su chat —es de suponer que abocado a desarticular la tensión entre la autoridad cultural y los colectivos comprensiblemente inconformes con la política del gobierno federal en la materia—, uno de los funcionarios que lo integraban cometió el dislate de dejarlo abierto en su pantalla durante una mesa de trabajo virtual. El enojo de la comunidad está justificado, la disculpa proferida por la secretaria es —como siempre en estos casos— a un tiempo pertinente e insuficiente. Menos comprensible es lo de pedir su destitución, ya solo por realpolitik. Muy bien: Frausto se va; y entonces llega ¿quién?
El proyecto de Frausto ha sido siempre la cultura comunitaria. Si bien la producción cultural profesional no parece ocupar el primer lugar en su agenda, habrá que reconocer que ha hecho lo poco que ha podido por defenderla: revertir para el caso de los proyectos culturales el decreto presidencial que margina a la sociedad civil de los apoyos públicos, rescatar algo que no será el Fonca pero que preservará los apoyos a la creación, defender —aun si en vano— el financiamiento público al cine.
El problema no es, pues, la secretaria sino el candidato al que dio su apoyo mayoritario esa comunidad, cuya política cultural como presidente parece ser la criminalización del sector y la asfixia presupuestal, como queda claro en ese PEF 2021 que no solo aplica reducciones de hasta el 76 por ciento a programas y dependencias, y otorga el 25 por ciento de lo asignado al ramo al proyecto propagandista de Chapultepec, sino que retira a Cultura Comunitaria —el proyecto insignia de la gestión de Frausto— el 100 por ciento de los recursos.
Cambiar a la secretaria no resuelve. Quitarle a Morena en 2021 la mayoría en el Congreso sí.
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