La vida asociativa de las mujeres ha quedado oculta en la historia como prácticamente todos los ámbitos de nuestro devenir. Es verdad que el sufragismo ha sido una causa central de las demandas del feminismo y ha evolucionado desde su versión más simple, consistente en el derecho al voto, para poner luego el foco en su contrapartida, la capacidad de ser votadas y por lo tanto el acceso paritario a los cargos de elección popular. Sin embargo, la incursión política de las mujeres tiene una historia que se remonta mucho más atrás del reconocimiento legal a nuestra calidad de ciudadanas. Antes de ello, las mujeres ya enarbolábamos banderas que defendíamos a través de asociaciones y clubes; el acceso al sufragio no es detonador, sino consecuencia de la movilización pública de las mujeres.
Y si la esfera política nos resulta árida hasta nuestros días en los que seguimos luchando por aumentar el número de mujeres alcaldesas o gobernadoras, así como, por supuesto, romper el techo de cristal que representa el que ninguna mujer hasta el día de hoy haya ocupado la Presidencia de la República, hay otros espacios del quehacer humano que resultan todavía más difíciles de acceder y, una vez adentro, de triunfar en los mismos. El ámbito empresarial es una actividad especialmente dura con las mujeres que se atreven a habitarla. Y no me refiero únicamente a cómo las mujeres empiezan a escasear en los cargos directivos conforme se avanza en la importancia de los mismos, sino a la todavía más infranqueable posibilidad de encontrar empresarias mujeres.
No es pues sorprenderte que quienes lo intentan se sientan llamadas a vincularse para fortalecerse entre ellas. Y eso no de ahora, sino desde hace décadas. Dígalo si no el que la más grande de estas agrupaciones de mujeres empresarias, la Amexme, haya sido fundada desde mediados de la década de los 60. Y como todas la cosas terminan por ser fieles a su historia, la relevancia de la democratización como causa de las mujeres termina por cruzar sus vías con la lucha por su inclusión económica y empresarial: Por primera vez esta Asociación tendrá un proceso democrático para elegir su liderazgo. Enhorabuena.