Qué difícil es para los que conocieron los mejores momentos del Pachuca, incluido ese título de la Copa Sudamérica, verlo ahora en el fondo de la competencia. Los Tuzos se distinguieron por ser, de la mano de Jesús Martínez, un equipo protagonista en todos los sentidos y exitoso en lo deportivo.
Se caracterizaron por formación de talentos, por tener justamente una cantera importante en el futbol mexicano, con instalaciones a la vanguardia. La contratación de extranjeros era precisa, y el futbol que desplegaron, por ejemplo, en la era de Enrique Meza, se ganó todas las palmas.
Era costumbre ver a los Tuzos en Liguilla, con la intensidad necesaria para pelear el título. Hoy están lejos de ello. Desde hace varios torneos les ha costado llegar a la fiesta grande, no encuentran el proyecto indicado, ese que les devuelva el toque que algún día tuvieron.
Paulo Pezzolano tiene al conjunto hidalguense lejos de los reflectores. El equipo cuenta con elementos de calidad como Óscar Ustari, Óscar Murillo, Víctor Guzmán, Ismael Sosa y Mauro Quiroga, pero en conjunto no han encontrado el equilibrio necesario para sacar buenos resultados, para al menos, tratar de meterse entre los ocho primeros del torneo.
Armando Martínez tiene ahora el control de Grupo Pachuca, luego de que su hermano Jesús se enfocará en otras áreas de sus negocios. Armando tiene enfrente un reto importante, el encontrar al entrenador adecuado, el que al menos, los encamine de nueva cuenta a los buenos resultados. No es nada sencillo, pero Pachuca tiene una ventaja importante, que en el pasado ha tenido buen ojo para las contrataciones, así que, solo es cuestión de esperar a que den el paso correcto.
Eso sí, hay que tomar en cuenta que la situación financiera en el futbol mexicano no es la mejor, la pandemia por covid-19 ha pegado fuerte en la industria, y toda adquisición tiene un costo, así que también por eso los directivos tienen pie de plomo a la hora de despedir a un técnico. Ojalá, por sus aficionados, Pachuca encuentre su rumbo con o sin Pezzolano.
