Chivas necesita un proyecto a largo plazo, un proyecto que se pueda respaldar más allá de los resultados inmediatos. Es verdad que, ya con Víctor Manuel Vucetich lo hicieron, que lo aguantaron 13 meses, con apenas unos cuantos chispazos de lo que en verdad se esperaba del Rebaño, pero ahora la directiva encabezada por Amaury Vergara debería plantearse una estructura en la que también se piense en el perfil de jugadores que necesitan en el plantel.
No es fácil diseñar de nueva cuenta un equipo en el que se contraten elementos con un compromiso total, serios, de calidad, menos en un equipo como Chivas, en donde la tradición de contratar solo a mexicanos encarece sus compras.
Muchos dicen que Ricardo Peláez se equivocó al contratar futbolistas que tenían poco demostrando calidad, seis meses o un año prácticamente, pero era un riesgo que necesitaban correr, porque si no lo hubiera hecho, seguramente lo estarían criticando por no tener a un Alexis Vega, quien brilló en la obtención de la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Tokio, o como el caso del mismo Uriel Antuna. En fin, hoy no es sencillo el panorama que tiene el Guadalajara, y únicamente los que están dentro conocen las entrañas de los problemas que han aquejado al equipo en los últimos años y el porqué han dejado de ser protagonistas.
Lo cierto, es que algo se debe de hacer, alguien debe comprometer a los jugadores. Ya en su momento, Peláez tomó medidas fuertes como sacar del equipo a los que rompieron el protocolo, pero aún falta que el futbolista deje todo dentro de la cancha. Talento hay, así que, la encomienda será construir el proyecto adecuado para levantar a uno de los equipos más queridos en el futbol mexicano. Un proyecto de la mano de Antonio Mohamed, Diego Alonso, Jaime Lozano, Michel Leaño, o quién decida Peláez que es el indicado para la dirección técnica, pero con respaldo y dispuesto a jalar o modificar a un plantel de futbolistas que necesitan despertar.
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