Política

Petróleo ¿una maldición?

Expropiar el petróleo fue una decisión del Presidente Lázaro Cárdenas, para apuntalar la economía del país, pues el petróleo es fuente de diversos energéticos necesarios para la industria, el transporte y la petroquímica. Los productos derivados de la refinación del petróleo crudo, obtenido del subsuelo, por ejemplo, la gasolina y el gas, alimentan los automotores, nuestras estufas domésticas y los hornos industriales para los procesos caseros y fabriles.

Tal expropiación impulsó decididamente la economía nacional en especial la industrialización. Fue una etapa decisiva para consolidar la independencia del país, y más adelante la modernización nacional. En términos generales esa expropiación fue, si duda, un excelente negocio para el país.

Ahora bien, los negocios tarde o temprano se enfrentan a nuevas situaciones económicas las cuales piden nuevas decisiones para adecuarse a las nuevas circunstancias de la economía y la sociedad nacional. Recordemos la decisión del gobierno del presidente López Portillo de, ante el mejor precio del petróleo en el mercado internacional, incrementar la exportación del crudo para obtener una ganancia no lograble en el mercado nacional.

Esa medida, funcionó muy bien en el corto plazo, y a su vez dejó de lado la construcción de más refinerías necesarias para ofrecer al mercado nacional gasolinas y gas para mantener el ritmo de crecimiento necesario en un país en crecimiento. La justificación fue: con las ganancias de exportar crudo caro podemos importar las gasolinas necesarias. El incremento del crudo se tradujo en incremento de los productos del petróleo refinado, es decir, sí vendemos caro y también compramos caro. Y nos quedamos en este país con una capacidad de refinar crudo muy inferior a las necesidades nacionales. Y aquí estamos aún.

El gobierno actual, en una situación mundial completamente distinta de los energéticos, decide gastar en una nueva refinería y además hacerse socio mayoritario de otra en el extranjero y “comprarse” a sí mismo, energéticos menos caros. En unos años veremos lo poco útil de esas decisiones, cuando el transporte que hoy consume gasolina consuma electricidad basada en baterías de litio. Se repite la historia: el litio mexicano ya es del gobierno. No fabricamos baterías de litio. Se venderá el litio barato a los fabricantes y compraremos baterías caras.

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Miguel Bazdresch Parada
  • Miguel Bazdresch Parada
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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