Para el próximo año el Ayuntamiento de Puebla ejercerá un presupuesto de 7 mil 335 millones de pesos, y según dieron a conocer, gran parte de esos recursos se destinarán al tema de la seguridad, que sin duda es una prioridad para los ciudadanos ante la ola de inseguridad.
Además de los asaltos, robos de autopartes, y a casas habitación, los panistas le heredaron a Pepe Chedraui un boquete financiero de 547 millones de pesos, que en un principio dijeron era poco más de 400 millones de pesos.
Ahora resulta que el rubro de obra pública es donde mayor deuda por pagar dejaron, con alrededor de 300 millones de pesos, y por ello han comenzado con un procedimiento de responsabilidades administrativas.
El secretario de gobernación, Francisco Rodríguez Álvarez, acusó a Eduardo Rivera y Adán Domínguez de actuar con total irresponsabilidad financiera, y por menos que eso, muchos ex funcionarios públicos han llegado a pisar la cárcel.
Héctor González Cobián, el tesorero municipal detalló que esa cifra es en tres rubros: 333.9 millones de pesos por un faltante bancario, de compromisos de pagos sin contar con el dinero; otros 116.9 millones de pesos corresponden a noviembre y diciembre de contratos a pagar con recursos que son de la actual administración, y 96.2 millones de pesos por el concepto de rubros prioritarios que no estaban presupuestados.
De comprobarse todo este escabroso asunto del hoyo a las finanzas municipales, la pregunta es ¿quién regresará ese dinero a las arcas del municipio?, porque a la ciudadanía de nada le sirven los arreglos políticos, lo que se requiere es recuperar esos recursos.
El tema es ver si habrá voluntad para proceder en contra de quienes resulten responsables, y no salgan con sus acuerdos entre partidos, que mucha veces se llevan a cabo en lugar de proceder conforme a derecho.
Aunque no está implicado en ese caso, el recién electo dirigente estatal del PAN, Mario Riestra, la tiene muy cuesta arriba, pues con qué cara saldrá ante la ciudadanía a decir que su partido tiene autoridad moral para seguir compitiendo en los procesos electorales venideros.
Es cierto que falta mucho para llegar a las instancias judiciales, pero por el bien de todos lo más conveniente es que se aclare si efectivamente hubo un daño a las finanzas de los poblanos, y sobre todo quién pagará los platos rotos.
