El reporte mensual sobre los niveles de delincuencia en el área metropolitana de Monterrey al mes de octubre, elaborado por la Fiscalía General del Estado, tiene más tintes rojos que verdes.
Esto quiere decir que la situación en cuanto a delitos como robo a casa, robo de auto, cristalazo y violencia familiar tienen un marcado aumento.
De acuerdo con el llamado Semáforo del Delito hay otros como robo a negocios o asaltos bancarios que tienen una baja digna de destacar, y también hay que mencionar lo bueno.
Más allá de las estadísticas, lo que cuenta para los ciudadanos es la percepción. Si alguien ha tenido la mala suerte de ser asaltado en el camión o ha sufrido el robo en su casa tendrá una opinión distinta.
Los índices delictivos se consideran rojos si llevan un aumento respecto al promedio histórico; verdes con una reducción de 25% o más; y amarillos con una reducción menor a 25%.
En las últimas semanas se ha registrado una serie de eventos violentos que preocupan a la ciudadanía, porque aun cuando se trata de delitos de alto impacto, no dejan de llamar la atención a propios y extraños.
Por si fuera poco, hacia afuera del estado las noticias sobre la ejecución de un empresario tamaulipeco en una barbería, y otros que se han registrado en otros puntos del estado nos muestran como una entidad insegura.
Como se dice coloquialmente: percepción es realidad y tanto en Nuevo León como en el resto del país no es sano que se vaya generando una idea de que estamos en una situación crítica y que los asesinatos están a la orden del día.
El secretario de Seguridad, Aldo Fasci, debe poner más atención a las acciones encaminadas a disminuir los índices delictivos, en lugar de justificar la falta de resultados con frases chuscas como nos tiene acostumbrados.
Este gobierno del nuevo Nuevo León está obligado a dar resultados de inmediato, a fin de garantizar a las familias que podrán llegar a sus casas sin sobresaltos ni corajes, y eso no se logra a través de las redes sociales.
Miguel Ángel Vargas