A qué le teme el gobierno cuando el partido que hoy está en Palacio Nacional, ese que alentaba las manifestaciones ciudadanas hoy las recibe con vallas resguardándose de cualquier expresión… digo el que nada debe nada teme, pero algo sabrán que la desconfianza hacia quienes se manifiestan está ahí, como nunca antes.
Será porque la promesa de resolver el destino de los 43 estudiantes de la normal Isidro Burgos de Ayotzinapa en Iguala, Guerrero, se quedará solo en promesa y los supuestos actos en desagravio de los padres de los desaparecidos son solo una pantomima con el único interés de enlodar a funcionarios de la administración peñista.
Me salta la duda de donde quedaron esas manifestaciones de odio y resentimiento que eran comunes en la pasada administración, será que ataron al tigre, su tigre, y hoy le temen a los ciudadanos que discrepan con este gobierno, incapaz de dar respuesta a los legítimos reclamos de quienes ven en su sed de justicia, una no resuelta de manera satisfactoria. Hoy que Morena es gobierno, no se atreve a dar la cara a los familiares de los desaparecidos pues sin explicación alguna la Fiscalía ha pedido al juez la cancelación de 21 de estas órdenes, entre ellas las de 16 militares, de las 83 órdenes solicitadas a la autoridad jurisdiccional, aunque en su momento estuvo detrás de ellos, como medio para golpear al gobierno en turno.
Todo es turbio en este caso, la prueba está en que no hay una sola sentencia en contra de ningún acusado, hay persecuciones constantes pero no hechos concretos y de los desaparecidos no se tiene un solo rastro a 8 años de ocurridas las acciones que terminaron por convertir en fantasma a los estudiantes, uno que se niega a desaparecer y que todo parece indicar que los gobiernos le apostarán al olvido. Ocho años han pasado, y el balón sigue rodando, ocho años han pasado y ninguna autoridad se ha tentado el corazón para dar consuelo a las familias de los estudiantes, el tamaño de los intereses detrás del ocultamiento de pruebas habla del tamaño que tiene la clase política independientemente del partido con los responsables de estos terribles acontecimientos.
Tal vez la verdad histórica o no nunca se sabrá. Ocho años y la justicia no llega.