La política de abrazos y no balazos está llevando a México a una debacle producto de la ramificación de actividades de la delincuencia organizada que poco a poco se va haciendo del control de actividades no solo relacionadas con drogas, extorsión, trata y lavado de dinero, sino además tomando el control de una gran diversidad de industrias que les dejan ingresos millonarios.
Por ejemplo recientemente el gobierno de Joe Biden frenó las importaciones de aguacate mexicano ya que no se garantizaba la seguridad para inspectores del vecino país del norte que se encargan de verificar el producto en Michoacán, único estado que cuenta con la certificación fitosanitaria para enviar el fruto al mercado estadounidense.
A principios de año se reportó que el crimen organizado en Tepalcatepec dejó 700 hectáreas de cultivos de arroz, caña, limón y maíz sin cosechar al impedir a los productores realizar dicha actividad, lo que generó importantes pérdidas para éstos, con lo que controlan la actividad agrícola no sólo de este estado sino de otras entidades del país.
La minería no ha quedado exenta de las mafias criminales según el Instituto Fraser, de origen canadiense nuestro país está considerado como la segunda nación más peligrosa para esta industria, solo por debajo de Venezuela. Y así podemos enumerar una gran cantidad de ejemplos del control que los criminales empiezan a ejercer sobre la industria en el país.
Pero hay más, una publicación del Instituto Brookings con sede en Washington, DC, denominada “La caza furtiva y el tráfico de vida silvestre vinculados a China en México”, Vanda Felbab-Brown revela que las organizaciones criminales en nuestro país tienen un vínculo cada vez más estrecho con el tráfico de especies donde, por ejemplo, los pescadores furtivos, talamontes y otros grupos que realizan actividades ilícitas son obligados a trabajar para los cárteles de la droga.
Agrega que uno de los principales mercados de especies primordialmente en peligro de extinción es China, y alerta de la inacción del gobierno mexicano respecto a estas actividades. Mientras tanto la orden parece ser, seguir respetando los derechos de delincuentes y a la autoridad permanecer de pie, mirando solo cómo pasan las cosas.
