Política

Seguro que no es seguro

Así podría yo definir en este momento las políticas públicas implementadas a nivel nacional en torno al combate a la violencia y la delincuencia, seguimos con vicios graves que no han permitido que los ciudadanos podamos recuperar la paz de aquellos días donde la sola noticia de un homicidio era suficiente para encrespar los nervios y poner a la sociedad de cabeza.

Lejanos aquellos tiempos en que un hecho de esta naturaleza era primera plana de los diarios, primero por la naturaleza del crimen que generalmente tenía vertientes de tipo pasional o de riña que eran los más comunes, o los desafortunados crímenes que se cometían en el marco de un desafortunado hecho de violencia familiar. En ese entonces los crímenes cometidos por la mafia eran muy raros y el consumo de droga también era mucho menor de lo que ocurre hoy en día.

Pero han pasado los años y aunque nos digan que el número de homicidios “va a la baja” no hay una claridad de lo que realmente se requiere para que esta violencia disminuya, pues en algún momento le expuse la necesidad de combatir el consumo de drogas ilícitas y lícitas que no se está haciendo, pero además tampoco se está haciendo nada para frenar el ingreso de sustancias necesarias para la fabricación de fentanilo y por ningún lado se ven los grandes decomisos de armas en la frontera.

De las denuncias mejor ni hablamos, en las que se refieren a la presencia de delincuentes relacionados con el crimen organizado y sus actividades son cercanas a cero pese a el anonimato pues se sabe del riesgo inminente que esto representa aunque se hayan puesto en marcha canales de denuncia anónima, y no hablemos de la denuncia de delitos del fuero común donde la desconfianza de que algo va a pasar con esas denuncias ha llevado a que tengamos entre 3 y 4 por ciento de los delitos denunciados el resto se quedan totalmente impunes.

Llevamos 15 años con una política fallida que no ha dado resultados y la pregunta es ¿qué esperan para poner manos a la obra? Los documentos recién revelados por los hacktivistas denominados Guacamaya han dejado tras sí una estela de señalamientos de complicidades además de las autoridades encargadas de la seguridad con grupos delictivos o como menos un tufo a corrupción impresionante, sin embargo no parece ser que haya la mínima intención de proceder cuando menos a investigar, las pruebas son fehacientes salieron del ejército y ni modo que digan que no son de ellos.

Miguel Ángel Puértolas

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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