Política

¿Por qué no funciona el combate a la corrupción?

Me considero un crítico del sistema político en general del país, denostaciones han ido y venido respecto a lo que opino en diversos temas, pero al final me debo a usted querido lector, y a la defensa de las ideas que aquí expreso en la libertad que gozamos los mexicanos, consagrada en la Constitución.

Desafortunadamente parece que en este país está de moda la polarización y lejos del debate de las ideas prevalece el encono y el pleito con declaraciones poco razonadas con el objetivo solo de descalificar sin fundamento.

En fin, pasando al tema que me ocupa, quiero dar tres razones del porqué será un rotundo fracaso el combate a la corrupción tan mencionado últimamente.

Partamos del supuesto que el Sistema Nacional Anticorrupción “tiene por objeto establecer principios, bases generales, políticas públicas y procedimientos para la coordinación entre las autoridades de todos los órdenes de gobierno en la prevención, detección y sanción de faltas administrativas y hechos de corrupción, así como en la fiscalización y control de recursos públicos. Es una instancia cuya finalidad es establecer, articular y evaluar la política en la materia” según su definición legal.

Pero para que realmente funcione este sistema se deben cumplir ciertos parámetros que hoy están lejos de cumplirse en el país: Primero que nada debe de haber una autonomía real del ministerio público. Mientras este tenga algún candado con otro poder, que no significa que no le rinda cuentas a nadie pero sí que no vea comprometido su actuar con una posible destitución de su cargo por revancha política, el combate a la corrupción no será eficaz.

El sistema de procuración de justicia debe ser funcional y pese a las reformas legales en México aún tenemos enquistados muchos vicios del pasado que no se han podido vencer, lo que impide una correcta persecución de delitos relacionados con la corrupción, entre otros.

Y tal vez uno de los problemas más preocupantes es que no existe una verdadera división de poderes, si uno de los poderes representa un estorbo, simplemente amenazo con desaparecerlo, tal y como sucedió con el Poder Judicial Federal. Si estos tres supuestos no cambian, el país seguirá sumido en un grave problema de corrupción cuyo combate va a terminar solo en el discurso y lo peor, teledirigido a los enemigos del sistema político. Póngale el saco a quien le quede.

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Miguel Ángel Puértolas
  • Miguel Ángel Puértolas
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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