Las declaraciones hechas el día de ayer por el ministro Arturo Zaldívar respecto a que durante el sexenio de Felipe Calderón la Suprema Corte de Justicia de la Nación estaba literalmente tomada, solo dejan en claro que dos poderes de la nación han estado y estarán supeditados a los designios del Poder Ejecutivo.
En México la separación de poderes solo está en el papel, no es para nada novedad que la llegada de ministros a la Corte se debe a posiciones políticas, y no es un tema nuevo, habrá que decir que es un asunto que se viene dando desde siempre en nuestro país solo que el ministro Zaldívar lo único que hizo fue hablar de un período específico en el tiempo, pero para nada quiere decir que las cosas hayan cambiado.
Basta ver un sinnúmero de resoluciones en donde el Ejecutivo les ha corregido la plana, no en lo público pero evidentemente en lo privado por el sentido de las respuestas del Poder Judicial, como en los casos de las emitidas en torno a las preguntas ad hoc realizadas para los ejercicios de participación ciudadana convocados como el del juicio a los ex presidentes y ahora en el de la revocación, que más parece una ratificación de mandato dada la pregunta.
Y qué decir del Poder Legislativo, cuya autonomía evidentemente es nula al verse convertido en una ventanilla de trámite de las iniciativas enviadas por el Poder Ejecutivo donde la orden a los borregos de Morena (porque no es una ofensa llamarlos borregos ¿verdad?) es no cambiar ni una coma a todo lo que llegue desde Palacio Nacional, basta ver por ejemplo las leyes de ingresos y presupuesto de egresos de la Federación.
Pero insisto, esto no es un tema exclusivo de la transformación de cuarta, esto sin duda es una práctica arraigada en la clase política del país, y la película se repite a pie juntillas en los estados donde los partidos mayoritarios tienen una hegemonía.
La separación de poderes en México es una falacia, solo hay poderes supeditados a los designios del Poder Ejecutivo.
Miguel Ángel Puértolas