Hace apenas un par de meses cuando el Instituto Nacional Electoral decidió retirar las candidaturas de Félix Salgado Macedonio y a Raúl Morón por los gobiernos de Guerrero y Michoacán, respectivamente las huestes de Morena de inmediato se lanzaron ferozmente contra el organismo acusándolo de parcial y de emprender una persecución abierta y directa, disfrazada de fiscalización, en contra de los candidatos y candidatas del Movimiento de Regeneración Nacional en voz de su presidente Mario Delgado.
El presidente Andrés Manuel López Obrador consideró que las decisiones tomadas por el INE representaban un atentado para la democracia, y cuestionó que los consejeros quisieran impedir que el pueblo sea el que decida sobre por quién votar, insistiendo en su apoyo a los dos candidatos quienes finalmente quedaron fuera de la contienda con justificadas razones apegadas a la ley y ratificadas por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Pero el asunto no paró ahí, Morena también acusó ante la Misión de Observación Electoral del Organización de Estados Americanos (OEA), que el Instituto Nacional Electoral jugaba para un lado faccioso y parcial. Ya entrados en gastos los lamentos y quejas se extendieron por todo el país entre quienes congenian con el partido de la cuarta transformación, acusando al árbitro de un papel tendencioso.
Se olvidaron que la institución está compuesta por ciudadanos sin militancia, se olvidaron que son los mismos ciudadanos, algunos de ellos que libremente le dieron el triunfo a Morena en 11 estados y en la Cámara de Diputados, son aquellos que organizaron la elección, y que al final darán las constancias de mayoría a sus candidatos, y no por eso el resto de los ciudadanos o partidos políticos están satanizando al INE.
Ahora entonces ¿dónde quedaron las acusaciones anodinas en contra del árbitro electoral? me encantaría oír a todos aquellos que acusaron al INE de parcial, de antidemocrático, de trabajar para sus intereses que repitan esas acusaciones ahora que serán los encargados de validar los triunfos insisto de la mayoría de Morena en la Cámara de Diputados y a través de los organismos locales el de los gobiernos estatales donde obtuvieron el triunfo.
Queda claro que la campaña contra el INE orquestada desde las altas esferas del poder tenía simplemente un carácter politiquero y electoral, de ese tamaño era su miedo y de esa forma se estaban preparando para en caso de perder tener a quién echarle la culpa, pues todo lo malo que ocurre en México en este momento no es parte de la realidad de gobierno actual, siempre hay que echarle la culpa al de al lado o al que viene detrás.
Miguel Ángel Puértolas
