Si le parece complicado lo que en materia política está pasando en el país, agárrese que las cosas se van a poner más turbulentas conforme se acerque primero la sucesión en el Estado de México y Coahuila donde hoy el PRI es el que gobierna.
En Coahuila las cosas no marchan tan mal para el tricolor y podría ser el estado del norte el único bastión priista donde el ex partidazo lograría llegar a los 100 años en el poder, sin embargo las cosas no pintan nada bien para este partido en la entidad gobernada por Alfredo del Mazo Maza.
Ante las dudas de una supuesta entrega del gobierno a Morena, Del Mazo ha salido a decir que la del 2023 será una contienda limpia que preserve la paz social donde será respetada la voluntad de los electores en un tono en el que dejó mucho lugar a dudas respecto a la defensa que se supone haría de su partido, el mismo que desde la entidad que gobierna viera nacer al grupo de tecnócratas tan odiado por la cuarta transformación.
Dice el dicho que a explicación no pedida, acusación manifiesta y sus dichos fueron teniendo como testigos de honor a dos de las corcholatas favoritas del Presidente Andrés Manuel López Obrador, Adán Augusto López, titular de la Secretaría de Gobernación, y Claudia Sheinbaum, jefa del Gobierno de la Ciudad de México.
Sume a esta escena la salida del senador panista, Raúl Paz Alonzo, quien anunció que tomó “la decisión más difícil” de su vida laboral y política (no sé quién se lo vaya a creer), al sumarse a trabajar por Yucatán y por México, de la mano de Morena “por el bien de los que menos tienen” parafraseando el estandarte del partido de la cuarta transformación.
Y seguiremos viendo amagos como el hecho al presidente del tricolor, Alito Moreno, a quien voluntariamente a fuerza terminó rompiendo el pacto con los partidos de oposición de no apoyar las reformas propuestas por el Ejecutivo y ni tardo ni perezoso se sumó al apoyo de la permanencia de la militancia en las calles por un período de 9 años.
Esto no se va a detener, la guerra en el campo de la política apenas empieza y es en ese momento en que tenemos que detenernos como ciudadanos y reflexionar bien, qué país queremos y quienes queremos que nos gobiernen, porque la batalla con lodo estará a la orden del día y al final muchos políticos lo único que buscan es su bienestar y salir bien librados de los embrollos en los que se meten.
No nos dejemos engañar… los resultados y el trabajo deberán hablar por sí mismos.
