Hay dos frentes en los que la mujer ha sido víctima de la violencia, uno de ellos está estrechamente relacionado con su participación de manera directa o indirecta en actividades relacionadas con el crimen organizado. Aunque no hay un censo oficial de mujeres que se dediquen a negocios ilícitos, lo que es cierto es que es un número mucho menor al de los hombres, y los indicios muestran que su participación ha ido de manera creciente.
También poco se dice de los homicidios de mujeres que han sido víctimas de las balas del crimen organizado, las que participan directamente son menos que las que por razón de parentesco o relación sentimental terminan en las garras de los delincuentes que como modo de vida se integran a la delincuencia organizada.
Derivado de ello, según un análisis hecho por la Secretaría de Seguridad Pública del Estado de Guanajuato, en lo que va del año alrededor del 11 por ciento de los homicidios dolosos son cometidos en contra de mujeres, al menos eso ocurrió en los primeros 5 meses del año, de mantenerse la tendencia durante el primer semestre del 2020 unas 230 mujeres habrían sido asesinadas en este supuesto.
Todo mundo habla de los feminicidios y pocos hablan de estas mujeres que en su mayoría no se dedican a actividades ilícitas, e insisto en la mayoría de los casos (no todas, aclaro) son mujeres relacionadas a hechos delictivos cometidos por personas son las que tienen algún tipo de relación, el asesinato muchas de ellas en especial en el entorno familiar son utilizadas como “lecciones” dadas por grupos criminales a sus deudores.
Por otro lado está el tema de los feminicidios, otro asunto que se atiende con poco rigor aún y en tiempos de la pandemia ha mostrado ello pues el gobierno federal reportó un aumento de 35.62% en los feminicidios con 99 víctimas lo que significa 26 feminicidios más, con un acumulado de 489 casos.
Hasta aquí hablamos de la máxima expresión de la violencia contra la mujer, ni qué decir la gran cantidad de mujeres lesionadas sobre todo en incidentes de violencia familiar. Aún estamos lejos de garantizar una vida libre de violencia a nuestras mujeres.
