Y estará efectivamente en la boleta en el 2024, pero no como candidato a la presidencia, para lo que tendrá que esperar 6 años más, para entonces tendrá 69 años, justo la edad que hoy tiene el Presidente Andrés Manuel López Obrador, y digamos una buena edad todavía para ejercer la titularidad del Ejecutivo Federal.
Pero no se va por dos razones, la primera de ellas es porque sabe que fuera de Morena su futuro político le garantizaría seguir el mismo camino de su ex jefe Manuel Camacho Solís, quien al ver pulverizado su sueño de ser candidato a la presidencia luego del nombramiento de Luis Donaldo Colosio Murrieta, decidió abandonar al PRI y formar su partido el Partido Centro Democrático, que marcó el fin de su carrera política.
La segunda razón podría ser el amago, pues su salida y eventual candidatura a la presidencia por Movimiento Ciudadano, que además hoy es aliado de Morena, le restaría votos no al Frente Amplio por México sino al partido de la cuarta transformación, además de significar una ruptura en el partido, cosa inconcebible al día de hoy. El amago, me dicen, consiste en el fantasma que ha tenido tras de sí el ex canciller de la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México, o la línea dorada que ya costó la vida de usuarios, ejecutada e inaugurada cuando fue jefe de gobierno de la Ciudad de México.
“¿Por qué no les cuentas de la Línea 12 ? ¿Cuánto te deja la Línea 12, Marcelo?”, gritó un transeúnte detrás de cámaras, cuando Ebrard daba una entrevista a medios de comunicación apenas en diciembre de 2022, a lo que el ex canciller respondió con ironía: “Ay, ¿no entendemos verdad? Siempre me mandan a alguien.” Y en efecto, alguien podría resucitar el caso que llevaría a Marcelo a enfrentar a la justicia por este caso si decide dejar Morena para perseguir su sueño de ser presidente.
El Frente ya tiene candidata, Movimiento Ciudadano perfila a Samuel Gacía para ayudar a la 4T a restarle votos a Xóchitl y el resto de los partidos, Verde y PT, son parte de la alianza con Morena, a Marcelo no le queda otra que quedarse a aguantar vara y esperar desde el Senado su oportunidad que ahora sí en el 30 sería la última.