Aplaudo las buenas intenciones del Presidente Andrés Manuel López Obrador de pronunciarse por la paz en Ucrania, sería deshonesto de mi parte criticar cualquier postura que busque terminar con el conflicto bélico que tiene a este país sumido en una crisis tras la invasión rusa.
Lo que no me parece es que andemos tratando de solucionar conflictos ajenos al país, cuando en México estamos pasando tal vez los peores tiempos de una guerra interna entre grupos delictivos y mediante palos de ciego, sin una estrategia que plantee algo diferente y eficaz a lo hecho por administraciones pasadas haya tenido impacto alguno en la reducción de los índices delictivos.
Andamos viendo la paja en el ojo ajeno, cuando la viga en el propio ojo no la hemos podido desprender, la violencia no cesa y sin embargo millones de mexicanos tenemos que seguir viviendo, cerrando los ojos a las posibilidades altas de ser víctimas de un hecho delictivo para seguir adelante en medio de la ineptitud de quienes debieran meter en cintura no a los delincuentes comunes, que a esos se les da la batalla mínima, sino a las bandas de la delincuencia organizada autoras del desasosiego que vivimos día a día.
Sumemos a ello la política entreguista de pasar una policía que debería ser civil al mando del Ejército, que debo decir no hablo de ineficiencia, ni de falta de capacidad para ello, sino de que las policías civiles se mueven con una óptica muy diferente a la que debe de tener el Ejército.
Bueno, ni Ucrania que fue parte del discurso de López Obrador recibió con beneplácito el posicionamiento del Presidente Mexicano, pues uno de los asesores del presidente Volodimir Zelenski, Mykhailo Podolyak, lo cuestionó al preguntar si “¿el plan es mantener a millones bajo ocupación, aumentar el número de entierros masivos y dar tiempo a Rusia para renovar las reservas antes de la próxima ofensiva? Entonces es un plan ruso”.
Creo que las relaciones con el exterior no son el fuerte del Presidente y debería dejar esa tarea a Marcelo Ebrard, muchos problemas tiene por resolver en casa como para desgastarse con asunto que son de otros países.
