Estoy seguro que él mismo frente al espejo se veía como un héroe, pintaba muchísimo más que su jefe, el secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela, los reflectores se han posado sobre él casi diario, sumando tal vez más horas frente a las cámaras que ningún otro secretario del gabinete presidencial. El médico no es para nada nuevo en temas de salud, de hecho junto al entonces secretario de Salud, José Ángel Córdova Villalobos, le tocó enfrentar la pandemia por influenza AH1N1 como director general adjunto de Epidemiología de la dependencia. Pero las sirenas de la fama y la magia del reflector nublaron la mente del científico que de pronto se sintió con poder político, tal vez por el respaldo que desde la silla presidencial siempre recibió, lo que no le permitió ponderar dos veces antes de actuar más como militante que como epidemiólogo.
Así parece que al subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, además de vocero principal de las acciones gubernamentales contra el coronavirus por querer jugar al político olvidó una de las máximas que dice que “clavo que asoma la cabeza le dan el martillazo”.
Tarde que temprano iba a ser presa de sus propias palabras, los equívocos al dictar líneas sobre políticas públicas de salud terminaron por golpearle la cara en temas tan simples como el uso del cubrebocas, que replicándose al designio del primer moreno del país, decidió primero asegurar que esta herramienta de prevención ¡sí prevención! no era para nada útil, y luego se desdijo.
Quédate en casa es una de las principales campañas para promover la reducción de la movilidad y disminuir los contagios, sin embargo como a todo buen político los detractores le siguieron el paso hasta sorprenderlo vacacionando en una “finca familiar” con todos los tintes de ser una zona de recreo público. Hoy las cifras avasallan a López Gatell, más de 200 mil muertos por la pandemia terminaron colocando a México como uno de los países con mayores cifras de fallecidos a nivel mundial dejando por los suelos el prestigio del médico y los sueños del político. Claro que el político respondió que los medios estábamos obsesionados con las cifras de contar los muertos, que no habría en tal magnitud de haberse tomado las medidas correctas.
Señores… lo perdimos.
Miguel Ángel Puértolas