De nuevo salen a la luz las imágenes de elementos del Ejército Mexicano sometidos por criminales en un video que de acuerdo a los reportes fue grabado esta vez en Nueva Italia, estado de Michoacán, en donde se aprecia cómo un convoy de la milicia es perseguido por camionetas en las que viajan hombres armados al tiempo que se alcanza a escuchar, “!tírenles¡ !tírenles¡”.
Estamos llegando a un punto gravísimo en donde por un lado las equivocaciones o actos deliberados de la Guardia Nacional, compuesta principalmente por soldados y marinos, tienen a cuenta varias vidas de personas inocentes, además de innumerables quejas por violaciones a los derechos humanos y por otro lado no es la primera vez que criminales someten a militares sin que haya una explicación por parte de la autoridad.
La política de abrazos y no balazos, pedir a los delincuentes que se porten bien, o asegurar que son más peligrosos los delincuentes de cuello blanco que los criminales que integran los grupos delictivos, nos está llevando a un descontrol que queda evidente en cientos de lugares del territorio nacional donde la autoridad es solo un títere de la delincuencia.
Y mientras tanto se mantiene la política de poco fortalecimiento de las policías municipales, y de las fuerzas civiles del orden para contener a la delincuencia común, que en gran medida termina pasándose a la delincuencia organizada, lo cual genera un fenómeno aún más complejo de atender.
Si eso hacen los criminales con las fuerzas federales, no me quiero ni imaginar lo que sucede en cientos de municipios del país donde los elementos de las corporaciones se encuentran mal equipados y medianamente preparados para hacer su trabajo, lo que ha permitido la gran impunidad con que se manejan los grupos delictivos facilitando sus operaciones subyugando a las corporaciones con la ley plata o plomo.
Lamentable que esto esté ocurriendo y parece no importar…
Miguel Ángel Puértolas