El peso de quienes integran el partido oficialista ha demostrado la fuerza política que hoy tienen y queda claro que en México la oposición está barrida, está muerta por más que se embarquen en el suelo guajiro que podrán enfrentar a Morena por una simple y sencilla razón, el partido del oficialismo tiene la sartén por el mango y lejos están los tiempos de gloria en que medio amalgamaron una fuerza que logró solo detener los cambios en materia energética en el país.
Es claro, la alianza Va por México ha sido avasallada por Morena, su condición no es muy diferente a la misma que tenía el PAN y el resto de los partidos políticos cuando existía una supremacía priista, esos tiempos históricos de la roqueseñal en los que el PRI con carro completo pasaba la aplanadora sobre cualquier posición diferente a las conveniencias del partido en el poder.
La aplanadora está de vuelta, y si bien es cierto, por ejemplo no tiene carro completo en el Poder Legislativo, sí tiene la fuerza suficiente para doblegar al más reacio priista y al más conservador de los panistas para que se doblegue frente a los designios de Morena. Nada frena al partido en el poder si solo los cismas al interior de este partido que trajeran una relación con la oposición podrían dar vida a los partidos que se oponen a los designios del inquilino en Palacio Nacional.
Pero esto difícilmente va a suceder, pues quienes amagan a su propio partido lo hacen esperando obtener beneficios propios, para sí mismos y para quienes son parte de su grupo más cercano, y no necesariamente buscando la congruencia con quienes votaron para que estuvieran hoy saboreando las mieles del poder.
Al final, nos podemos dar cuenta que esto no es nuevo, y que la sed de poder lleva a intentar mezclar el agua con el aceite buscando que se dé la fórmula ganadora que los lleve a recuperar el poder mientras los ciudadanos somos testigos de ese pleito por hacerse de las sillas en el gobierno y quienes así lo permiten, ser solo testigos de cómo se intentan hacer del poder sin importar si se llevan al país entre las patas.
Lo que hoy sucede es que estamos repitiendo la historia con otros nombres y otros actores sociales, pero al final el beneficio de la clase política es lo que se busca y no el bienestar común de quienes acudimos a las urnas.
La alianza de la oposición nació muerta y seremos testigos de ello en el 2024.
Miguel Ángel Puértolas[email protected]