El raciocinio no cabe (casi nunca) en el Poder Legislativo y menos cuando se tiene el dominio de un solo partido con sus aliados, y eso ocurre no solo en México, sino en todo el mundo y es momento de reflexionar sobre la importancia de que exista un equilibrio de poderes en las cámaras tanto de diputados como de senadores. Como cada fin de año volvemos al eterno estira y afloja en la discusión del Presupuesto de Egresos de la Federación y siendo honestos no encuentro gran diferencia entre lo que hoy hace Morena y lo que han hecho otros partidos políticos cuando han tenido la sartén por el mango. El Poder enajena y lleva a la amnesia inmediata colocando en calidad de verdugos a quienes en algún momento fueron víctimas. Ayer legisladores de la alianza por México y alcaldes del PAN, PRI y PRD se apostaron en el Palacio Legislativo de San Lázaro con una propuesta de presupuesto alternativo, en un intento de llevar más recursos a los municipios, poniendo en relieve entre otras cosas la necesidad de mayor presupuesto para el combate a la inseguridad.
Era obvio que la mayoría aplastante iba a desdeñar la iniciativa pues tienen una línea trazada desde el Ejecutivo, para técnicamente no mover una coma al documento enviado para su revisión, nada nuevo a lo que sucedía cuando Morena apenas figuraba como un incipiente partido político. La falta de previsión y la arrogancia de los partidos hoy coaligados en su momento les impidió ver la necesidad de fortalecer las finanzas públicas municipales y la descentralización de los recursos, por la conveniencia del control desde la Federación.
Eran gobierno, pudieron hacerlo y hoy que son oposición ruegan por las cosas que en su momento tenían en sus manos para cambiar y no lo hicieron.
Es obvio que la comodidad del poder lleva a sentarse en la silla de la arrogancia que ciega toda razón. Morena tiene la sartén por el mango, pero no se le debería olvidar que en un futuro pueden ser los huevos fritos dentro de la sartén.
Afortunadamente se cumple el dicho que no hay mal que dure 100 años en el gobierno, ni país que lo resista.
