Es verdaderamente alarmante la poca seriedad con la que la mayoría de los legisladores en todo el país se toman en serio sus cargos, no me queda duda que se han ganado a pulso los cuestionamientos respecto a la necesidad de su existencia, y cada día luchan por dejar más en claro entre los votantes que poco razonan lo que hacen y que en realidad parece que solo van a calentar sus curules. Ejemplos sobran, y es cierto ningún legislador está obligado a ser experto en los temas que tiene que tratar pues para eso tienen asesores que les orientan, sin embargo quienes tienen que dar la cara pues fueron ellos quienes resultaron de una elección y no las personas que les asisten.
Digo lo anterior pues un legislador un día me comentó que sus compañeros de curul le habían reclamado el porqué no dejaba hablar a los asesores a lo que respondió que los diputados son los que deben de participar en los diálogos, pues para eso fueron electos y cobran como tales.
Ayer me quedé en una pieza al escuchar los cuestionamientos que muchos de ellos hacían en la comparecencia del fiscal del estado, qué lamentable el afán de protagonismo de algunos que solo buscaban el lucimiento haciendo preguntas que denotaban ignorancia sobre los temas, y sobre todo el desconocimiento de la ley, y se supone son los que las elaboran.
Es preocupante que teniendo la oportunidad de aclarar temas para sus representados lo único que parece que buscaban el reflector del momento y salvo un par de honrosas excepciones, la gran mayoría se vieron de paupérrimo conocimiento pues una cosa es ignorar y preguntar y otra es hacer afirmaciones con dolo e ignorancia total.
Triste, pero el fenómeno se repite en los congresos locales y no se diga en la Cámara de Diputados donde lo que vemos no son servidores públicos sino especímenes que dejan mucho que desear, y no pedimos eruditos en la materia, pero sí que cuando abran la boca en el mejor de los casos y cuando voten un asunto en el peor de ellos cuando menos hayan leído un poco respecto a lo que están tratando. Y en eso se van nuestros impuestos.