“Ana” un día decidió que no era momento de ir al jardín de niños donde estudiaba en Chihuahua, decía que le dolía el estómago, ella no se enfermaba generalmente, pero su mamá como trabajaba necesitaba dejarla en la escuela, hasta que descubrió que el monstruo en el plantel era ni más ni menos que su maestra y la directora del centro donde estudiaba, quienes abusaban sexualmente de ella.
La madre de “Estela” una niña de Veracruz decidió denunciar a su marido, cuando se enteró que la niña tenía un historial ya de abusos sexuales que incluían tocamientos, manipulaciones emocionales y abuso sexual, el caso lo llevó la fiscalía de ese estado que abrió una carpeta de investigación al respecto.
Este es un infierno más común de lo que pensamos según la Unicef, en México 19.2 millones de mujeres fueron sometidas en algún momento de su vida a algún tipo de intimidación, hostigamiento, acoso o abuso sexual. En 2021 se abrieron 69 mil 516 carpetas de investigación por delitos contra la libertad sexual, de acuerdo al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
La mayoría de estas carpetas, más de 27 mil, fue por abuso sexual. Por cada 9 delitos sexuales cometidos contra mujeres, hay un delito sexual cometido contra hombres, de acuerdo al organismo internacional.
Sin embargo de acuerdo con un estudio de México Evalúa, el Secretariado registra solo carpetas iniciadas pero no incidencias reportadas pues para los delitos de hostigamiento/acoso sexual y abuso sexual, la cifra negra alcanza el 99 por ciento es decir solo uno de cada 100 casos termina en una denuncia.
Cada año, más de 4 millones y medio de niñas y niños son víctimas de abuso sexual en México, país que según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) tiene el primer lugar mundial en estos delitos. La pandemia y el confinamiento provocaron que el problema sea aún más grave, pues las denuncias disminuyeron pero los casos no ante la coyuntura impuesta por la enfermedad.
Es otra gran deuda que poco se ha atendido… El monstruo no está lejos, se oculta en casa o en la escuela, especialmente entre quienes más confianza les tenemos.
Miguel Ángel Puértolas
