Desde hace al menos 6 años el municipio de Celaya se convirtió en el centro de la atención no solo a nivel nacional sino a nivel internacional por los niveles de violencia que vive, las agresiones no se han dado contra civiles, sino también contra autoridades, por varios años el municipio también se ha colocado como número uno a nivel nacional en cuanto a policías asesinados, la guerra entre criminales siempre ha estado ahí y las advertencias estaban a flor de piel.
Autoridades atacadas, masacres continuas y crímenes en negocios turbios donde la autoridad no se metía enfrentamientos entre delincuentes y fuerzas del orden se hicieron constantes. Los mercados eran objeto de extorsión, negocios cerraron por miedo a la delincuencia y la situación de inseguridad estaba hirviendo, lamentablemente ayer se dio un ataque directo a la familia del alcalde que no significa nada más que una afrenta.
Pero no es el único crimen que estremece a la población, decenas de personas ajenas a la delincuencia, víctimas de homicidios cuyo único delito fue el estar justo en el momento en que se daban hechos de violencia son parte de esta larga cuenta de muertos que no cesa por una simple y sencilla razón, pueden capturar cientos, miles de autores materiales de éstos crímenes pero no se hace nada eficiente para dar con quienes orquestan éstos hechos de violencia.
No es normal tanta violencia, no es normal vivir en un país así, no es normal tanta impunidad, no es normal ver llenos los panteones de muertos por balas como si se tratara de un país en un conflicto bélico, en el que propiamente estamos pero matándonos entre mexicanos, no es normal el actuar de la autoridad y menos es normal la ineficiencia con la que actúan, en lugar de pensar en el 2024, deberían de pensar que ellos o sus familias podrían ser los siguientes en la lista, los siguientes en ocupar un número más en las estadísticas delictivas.
Pero claro, parece ser que nadie está pensando en ello.