Presumen airadamente imponerse a sus opositores cuando la verdad es que su arrogancia solo sirve para pasar por encima de los mexicanos. Y ya no me sorprende que con cada revisión de las misceláneas fiscales de cada año independientemente del partido con mayoría en el gobierno siempre el grueso de la población termina siendo rehén de la decisión de un grupo de zánganos llamados diputados federales.
Lo peor del caso es que costumbres arrabaleras son utilizadas como expresiones airadas de la derrota de las minorías, no importa quien tenga la mayoría parece que el burlarse de su oponente y aplastar al grueso de la población es el deporte preferido de nuestros legisladores.
Viene a mi mente el año de 1995 cuando en la Cámara de Diputados se discutía la iniciativa de elevar el Impuesto al Valor Agregado de 10 al 15 por ciento, la oposición mantuvo un férreo rechazo a esta intención de elevar el gravamen al consumo sin embargo al tener una mayoría aplastante en ese entonces el PRI logró la aprobación de la iniciativa y en ese momento nació la leyenda de la “roqueseñal”.
La imagen del diputado Humberto Roque Villanueva pasó a los anales de la historia política del país como una en la que se emulaba una cópula en el sentido de humillación hacia la minoría que no había logrado frenar esa iniciativa, al lado de Roque sonriendo aparece el ex gobernador de Nuevo León, Natividad González Parás.
Ayer vino a mi mente este recuerdo, dada la mofa que hizo la mayoría de Morena al momento que senadoras como Martha Márquez del PAN votaba en contra de la eliminación de 109 fideicomisos al tiempo que de la bancada de la 4T hacían expresiones como “sin llorar”.
Pero el momento cumbre de la arrogancia llegó cuando le tocó el turno a la legisladora de Morena, Lucía Trasviña quien a todo pulmón gritó: “Lucía Trasviña, a favor, cabrones”, en la votación nominal del dictamen ante los gritos y risas de otros legisladores.
Definitivamente no podemos superar el ver convertido al Poder Legislativo en una verdulería con respeto a estos establecimiento, pues estos hechos hablan del nivel de legisladores que tenemos y quienes viven de los impuestos que pagamos los mexicanos.
Pero espere esta no es la última. Todavía nos recordarán la Roqueseñal al momento que aprueben las reformas al Código Fiscal de la Federación y la miscelánea fiscal de 2021. ¿O nos recordarán la expresión de Paco Ignacio Taibo cuando llegó al Fondo de Cultura Económica?