Abrimos hilo, como se dice en algunas redes, el tema amerita varios artículos. La demanda de transporte seguro en el Estado de México, como en la mayor parte del país, pasa por ser una de las más sentidas por la población, toda vez que alrededor del 90% lo utiliza regularmente. Hoy resulta caro, insuficiente, inseguro, incómodo y contaminante, por decir lo más relevante. Comparativamente, las tarifas en la CDMX son sensiblemente menores a las del EDOMEX, mientras las vialidades se saturan a diario.
Una variedad de modos y modelos vehiculares se han intentado para satisfacer la demanda. Conforme ha crecido, se han utilizado diversos medios con tecnologías variadas. La mayor cantidad de chatarras se van quedando en el EDOMEX. En 1981, cuando el exgobernador Carlos Hank González era jefe del Departamento del Distrito Federal, logró iniciar la solución del transporte en la CDMX, al revocar las concesiones a transportistas para incorporarlas a la antigua Ruta 100. Una época dorada del transporte de pasajeros con los llamados “delfines” y “metrobuses”, con una política de subsidios que siguen las actuales autoridades. Compartiendo este esquema, en 1982 el EDOMEX creó la empresa pública: Sistema de Transporte Troncal (STT) destinada a los municipios aledaños a la CDMX, que intentaba frenar los abusos de las empresas privadas, lo que desde entonces fue una batalla perdida. Aparecieron los llamados “peseros” y luego de forma “pirata”, al amparo de la corrupción, aparecieron las combis y los microbuses, hasta llegar a los autobuses que alcanzaron los asentamientos irregulares, con el consentimiento de la autoridad, que los dejó avanzar. Poco después siguiendo la experiencia de la CDMX iniciaron las rutas del llamado “metrobus” que han establecido en varios puntos de municipios aledaños a la CDMX. Y en 2014, el Gobernador Eruviel Ávila estableció el servicio de teleférico, llamado “mexicable” en una ruta de 5 kilómetros en Ecatepec.
A diferencia de la CDMX que desde 1968 inició con el Plan Maestro del Metro, desarrollando otros sistemas complementarios de transporte, sujetos a la rectoría del gobierno, en el EDOMEX ha faltado un organismo regulador del transporte que planifique y enfrente, con autoridad gubernamental, y luego pacte con los transportistas privados el mejor medio o medios de transporte que permitan a atender la demanda creciente de millones de usuarios. La corrupción, la ineficiencia y la falta de continuidad han dominado el escenario.
Una de las razones principales se debe a la larga y complicada lista de temas urgentes que debe atender un gobernador en el Edomex. Se ha delegado a algún secretario del gabinete esta tarea, quien a su vez lo va delegando sucesivamente a otros empleados de menor rango, hasta llegar a los arreglos de los vigilantes con líderes de rutas que dominan el terreno donde circulan. Debemos encontrar la mejor solución, el Edomex lo demanda.
Mauricio Valdés