Política

Una agenda para los nuevos retos del DF

  • Columna de Mauricio López Velázquez
  • Una agenda para los nuevos retos del DF
  • Mauricio López Velázquez

El PRI dejó de ser un actor testimonial de la política en el Distrito Federal. Luego de 18 años de vida democrática local, los capitalinos nos dieron la oportunidad para transitar de la oposición a ser una opción de gobierno en la capital. Entre 1997 y 2015 estuvieron en disputa 498 cargos públicos de mayoría, de los cuales el PRI ganó uno solo, la delegación Milpa Alta en 2006; y con el Partido Verde como aliado, dos: un distrito federal en 2009 y la delegación Cuajimalpa en 2012.

Hoy, el PRI en el Distrito Federal finaliza un ciclo en el que logró los mejores resultados en 21 años, con triunfos en tres delegaciones, tres distritos locales y tres federales, desde los cuales, debemos cumplir con los compromisos asumidos y comenzar la reconstrucción de un partido que ya no quiere estar ausente del debate público y la construcción de la ciudad que queremos.

En esta nueva etapa la dirigencia del PRI en el Distrito Federal se renueva para profundizar un cambio que lo lleve a parecerse más a la sociedad que pretende gobernar y mantenga un firme acompañamiento al trabajo de los delegados, así como de diputados locales y federales.

El final es, en realidad, el inicio para que una nueva dirigencia avance hacia el objetivo de 2018: ser el motor que concrete la primera transición en el gobierno de la Ciudad de México.

Ahora que hemos pasado del "sí se puede" al "ya se pudo", el PRI tiene nuevos retos que deberán afrontarse con imaginación y unidad:

En primer lugar, debemos mostrar que nuestros gobiernos son diferentes a aquellos emanados de otros partidos. En este sentido, estamos obligados a resolver con mayor eficacia y eficiencia los problemas cotidianos de los ciudadanos, como el de seguridad, el empleo, el transporte, así como el bache, la luz, el agua y los servicios de limpia.

En segundo lugar, el PRI debe mantenerse como una voz con propuestas e ideas para la ciudad. No dejemos de hablar con y para los ciudadanos. Nuestro esfuerzo debe enfocarse en mantener la sincronía del reloj del partido con los tiempos de los ciudadanos para acreditar, siempre, ante la sociedad, nuestra legítima aspiración de gobernar.

En este sentido, el PRI debe ser incluyente, pero, al mismo tiempo, aprovechar su enorme estructura para garantizar que cada ciudadano que deseé participar en política vea en este partido un canal para transformar su entorno. Se debe continuar con el compromiso de abrir al partido a la sociedad y no ceder un solo paso en la paridad de género, la experiencia académica, el trabajo ciudadano así como el fortalecimiento y la renovación del trabajo partidista y territorial que son nuestra esencia y herencia histórica.

En tercer lugar, sigamos siendo opción y no solo oposición. Privilegiemos las demandas ciudadanas sobre los conflictos internos o de grupo para lograr fijar con claridad los objetivos y nuestra oferta programática a través de un diálogo intenso con la sociedad. El partido no debe definirse únicamente a partir de la oposición al gobierno en turno, sino a través de hacer nuestras las causas ciudadanas y dar la batalla por la gente.

En cuarto lugar, sigamos coordinando y sumando. Continuemos por el camino que busca fortalecer nuestra capacidad de combinar una genuina organización y militancia partidista con una oferta política concreta y dirigida a la sociedad. Sin abandonar los ideales históricos que representamos ni la cabal representación de nuestros sectores y organizaciones, avancemos en formular propuestas que apelen a la ciudadanía, y no a un PRI entendido, únicamente, como maquinaria electoral.

En quinto lugar, el PRI en la Ciudad de México tiene el enorme reto de reconocer su fuerza territorial, a sus seccionales y líderes de cada colonia, unidad habitacional, barrio y pueblo para que nuestra representación sea fuerza que permita la presencia de nuestro partido en cada rincón del Distrito Federal y que nunca más haya un partido lejano o atrincherado en las oficinas de Puente de Alvarado.

Sin duda, hoy el PRI en la Ciudad de México es un partido sin poder único o centralizado. Se trata de una organización política con corrientes internas que debaten y construyen en la pluralidad. Las decisiones se toman en el diálogo y el acuerdo entre las principales fuerzas del partido expresadas en el Comité Directivo, en los diputados locales, delegados, así como sectores y organizaciones. Esa es la fortaleza del PRI.

El PRI en la Ciudad de México cambió. Hoy gobernamos y sentamos bases sólidas que nos permitirán competir en las próximas elecciones en las que renovaremos la jefatura de Gobierno de la ciudad. Dejemos de mirar el retrovisor, hemos saldado las cuentas con lo que fue, y nos hemos ganado el derecho para consolidar los cambios y profundizar las tareas viendo hacia el futuro.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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