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Cărtărescu

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Cuentan que la narrativa de Mircea Cărtărescu (Rumania, 1956) no es sencilla.

Adscrita al ciclo que va del advenimiento del socialismo, posterior a la segunda guerra mundial, y la caída del muro, generadora de una especie de capitalismo renovado, su obra es por derecho ganado durante años única.

Novelas y relatos, ahora también memorias, que si bien afirmadas en las más diversas vivencias del llamado socialismo real, específicamente el rumano, disparan sus universos a tradiciones más lejanas.

¿Serán estos los escollos de las letras cărtăresquianas?

Circula la segunda entrega (de tres) de lo que podría denominarse la memoria viva del autor, proyecto antes publicado en su idioma bajo el título Orbitor, y que funciona como el broche de aceptación del narrador de parte del lector hispanoamericano, poco acostumbrado a las letras rumanas.

Un relato ciertamente extenso que rebasa las mil páginas y que en la novedad, parte 2, El cuerpo, rebasa las quinientas con una limpia traducción de Marian Ochoa de Eribe y limpia, se subraya, ya que se lee sin sustituciones localistas ni aclaraciones forzadas.

Pienso que quien desee adentrarse por los rumbos más imaginativos de este autor rumano podría acudir a cualquiera de sus novelas y relatos, El Levante, Nostalgia, El Ruletista, Solenoide. Mientras quien busque otro tipo de imaginarios, cualitativamente distintos, habría de hacerlo en Orbitor.

La lectura lo llevará a los aconteceres de una infancia que Cărtărescu reencuentra en el tiempo y con el dominio del ejercicio literario. Como inventando una verdad que se oculta. Siempre entre los bloques y pliegues del Bucarest “irreal, místico, incesantemente exacto”. La ciudad, el país entero, visto a la distancia como “una casa en ruinas” que desde la reelaboración literaria el memorioso se empeña en exorcizar.

“Cuando soy feliz, pienso, respiro y mi corazón late. Soy las funciones del pájaro, soy las alas desplegadas sobre el cráneo del diamante”.

“Melancólico panorama” este de Cărtărescu en El cuerpo, que trasciende lo coyuntural y verificable, al menos desde la historia misma. No espere aquí el lector detalles del trágico final de Ceauşescu, el desmoronamiento de la dictadura, pero tampoco, “hipócrita lector”, “el desastre y la desgracia de mi cuerpo”.

Sí, en cambio, un gran número de bellas descripciones de cotidianidades y detalles al azar en la vida de un pequeño de ocho años. “El triste desorden de las seis de la mañana…”. “La huella de mis dedos en la piel aceitosa de la plastilina…”. “La carpa grande del circo Sidoli derrumbada y los periódicos (que) no daban abasto con los detalles del trágico suceso…”.

Pulsiones de infancia que se detienen a registrar (multiplicación de imágenes ad infinitum) la entre triste y tierna figura de los securistas, esos temidos policías políticos de la nomenklatura rumana, la Securitat. “Tenían miedo de sí mismos, de la farsa que tenían que fingir, tenían miedo de la muchedumbre sombría, de su soledad en medio de ella”.

Certero y detallista al diseccionar la realidad, su más cercana realidad, Cărtărescu es tal vez por ello un autor no sencillo. Convincente frente al espejo, ahora que en castellano vamos accediendo al grueso Orbitor, y al que los lectores le agradecen su llamada a comprendernos mejor, todos.

“Comprender, por fin, qué te ocurre, por qué has ocurrido. Por qué eres necesariamente tal y como eres. Por qué sería imposible que no hubieras existido nunca. Al fin y al cabo, qué son todos los hechos de tu vida: las casas en las que has vivido, los rostros que has visto, los libros que has leído, las palabras que has pronunciado, los monstruosos edificios de tus sueños, los tranvías en que has viajado, las ciudades por las que has pasado, sino estrellas agrupadas por ti en las constelaciones ilusorias, tal y como las verdaderas estrellas”.

El cuerpo, quinientas páginas para leerse sin prisa, acaso durante las lentas horas del quédate en casa, luego de las cuatrocientas de El ala izquierda, en espera de las otras tantas de Aripa draptă.

Mauricio Flores


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  • Mauricio Flores
  • [email protected]
  • Periodista, estudió Ciencia Política y Administración Pública en la UNAM
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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