La crisis de los partidos políticos es impensable sin una crisis mayor que, en todo el mundo, afecta las posibilidades de cualquier sociedad a modificarse. Afirmar que el sistema de partidos debe claudicar equivale a no darse cuenta de que el problema en el modelo de partidos no es el modelo, sino quienes participan de él. La raíz de muchas de nuestras discusiones políticas contemporáneas se encuentra en la crisis de representatividad a la que se enfrentan casi todas las democracias del mundo.
Los riesgos son mucho más graves que las diatribas entre promotores de siglas. La gran crisis política de la década es una sociedad que ha ido perdiendo los mecanismos con los que sus individuos se sienten representados. Las reflexiones deberían centrarse ahí. Suponer que la representatividad en el país se resuelve con encuestas, es no aceptar que la sociedad mexicana es más amplia que quienes comparten simpatías.
Al nuestro se le podría interpretar como un sistema de nichos, no de agrupaciones políticas. Las que tenemos surgen de las fallas en losusos políticos mexicanos. Los nichos no son inquietudes,tampoco son planteamientos ideológicos. Quien insista lo contrario defenderá la militarización y religiosidad de la supuesta izquierda nacional. Son nichos formados por proveedores de soluciones encantados por el discurso e incapaces de pensar en la modificación de la realidad, sin anular de sus preocupaciones la realidad que debe modificarse.
Si los usos políticos mexicanos fueran decentes no tendríamos uno solo de los partidos que muchos defienden. Estos viven en una banda de Moebius.
Frente a la crisis no faltan quienes creen decir algo al rezar que la clase política se debe modernizar, sin entender qué es modernidad ni qué es clase política —si es que ésta en realidad significa algo—. Pongámosle redes inalámbricas a un senador tonto y será un senador tonto con redes inalámbricas. Lo mismo aplica en la inclinación por nuevas generaciones como salvadoras de lo insalvable. Modernidad que no entienda que la base de la convivencia política obliga a hacer gobierno para quienes no están de acuerdo con uno, es adecuarse a los favores de la mediocridad. Al parecer son abundantes.
@_Maruan