A mi amigo Óscar Riverón
La primera frase de un libro es la piedra filosofal para el escritor. De entre las más llamativas rescato la de Josefina Vicens en su libro “Los Años Falsos”, en donde tras veintitantos años de silencio escritural, inicia su nueva primera página con: “Todos hemos venido a verme”.
Charles Dickens, en su libro “Historia de Dos Ciudades”, inaugura su primer capítulo diciendo: “Eran los mejores tiempos, eran los peores tiempos”. O en un libro escrito para sí mismo, escuchar a Gabriel Orozco decirse: “No componer. Dejar descompuesto. Actuar no es componer.”
Susan Sontag inicia su ensayo “La Enfermedad y sus Metáforas” con: “La enfermedad es el lado nocturno de la vida (…) y una de nuestras dos ciudadanías”.
Isadora Duncan abre su biografía con “El carácter de un niño está totalmente dibujado en el seno de la madre.” Juan José Millas devela su novela “Cerbero en las Sombras” así: “Querido padre: Es posible que en el fondo tu problema, como el mío, no haya sido más que un problema de soledad.”
José Emilio Pacheco en “Las Batallas en el Desierto”: “Me acuerdo, no me acuerdo: ¿qué año era aquel?” ¿Reconocen estas líneas?: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.”
Volver al librero de la vida y repasar sus muchos principios ha renovado en mí el deseo de buscar esa frase, esa idea, que puede tal vez no inaugurar una obra maestra, pero sí llegar al primer renglón donde empieza el día de hoy en mi agenda.
Porque toda historia necesita esa magia de una frase alquímica, con la que escribimos nuestra nueva historia, la que abre la puerta a la exaltación vital,
La vida es un reloj al que hay que dar cuerda, y con una primera línea escribir ese primer segundo de un tiempo espectacular de un primer capítulo. Un inicio que atrapa y seduce, motiva y atemoriza, lleva de la mano hacia la incertidumbre de la historia por escribir.
Lo dice Cortázar en su primera línea de “Rayuela”: “A su manera este libro es muchos libros, pero sobre todo es dos libros. El lector queda invitado a elegir (…)”
Siempre podremos tener muchas formas de leer nuestras experiencias, mas no olvidemos al escribir la primera página de nuestra nueva historia: Un buen principio está más cerca de un buen final. _