En el cuento, Dorothy y Toto siguen el camino amarillo que los llevará frente al mago de Oz; los acompañan: el hombre de paja, el de hojalata y el león, buscando cada quién lo que cree necesitar y sólo el mago puede dárselo.
Dorothy se siente perdida, busca cómo regresar a casa; el hombre de paja busca un cerebro para tener ideas; el hombre de hojalata busca un corazón para tener sentimientos, y el león, miedoso, busca valentía.
Recorriendo el camino amarillo, el hombre de paja da ideas de cómo resolver obstáculos, el hombre de hojalata es compasivo y solidario, el león arriesga su vida para salvar a sus compañeros de viaje, y Dorothy porta en sus propios pies, las botas rojas para regresar a casa.
Estando frente al mago de Oz, éste les dice: “aniquilen a mi enemigo y en recompensa les daré lo que piden”. Mientras piensa: “¡Tontos! piden lo que ya tienen y no ven, lucharán por mi causa buscando lo que ahora poseen”.
Los habitantes de Tampico anhelan habitar una ciudad boyante, y siguen el camino amarillo hacia magos de Oz que les construyan una ciudad bella, atractiva y pujante, cuando ya lo es, y no lo ven.
Tampico cuenta con espacios públicos de naturaleza viva: lagunas, el Chairel, la Escondida, Laguna del Carpintero, ríos Pánuco y Tamesí, parques públicos y áreas verdes en colonias, parajes arbolados, y plazas.
Lugares que, bajo la bandera de “Rescatamos Espacios Públicos” se están modificando con el argumento de desarrollar atractivos turísticos, como es el caso del proyecto de construir un hotel cinco estrellas y un acuario en terrenos de la laguna del Carpintero, sumando al deterioro del paisaje y del espacio de vegetación, recreación y caminata, iniciado con la rueda de la fortuna y los restaurantes ahí colocados recientemente.
Tampico es una ciudad bella y atractiva, con espacios y parques públicos envidiables, que se deben reconocer muy valiosos, primero por sus habitantes, y conservarse en su esencia, crecerse en áreas verdes y espacios abiertos, para la convivencia social y cultural. Por ser naturales, son así, un atractivo turístico especial e invaluable.
Rescatemos estos espacios, gobierno y ciudadanos, de nuestra propia ignorancia e indolencia hacia el valor de la naturaleza y el espacio público.
Tampico tiene los espacios naturales, que ninguna ilusión de progreso y modernidad puede igualar, pero sí puede destruir.