Llamar las cosas por su nombre no es algo soportable, es más, es considerado inapropiado, cínico, hasta cruel. Así parece sonar el moderno filósofo que habla del fenómeno de la soledad del ser humano refiriendo que: “son personas que están fuera del mercado del amor”. La intención tajante es embaucarnos en el olvido del eterno dilema del Fin y los Medios.
En una época en que el medio, el canal de contacto vendedor-comprador, tiene un valor magnificado de indispensable, un fin, como lo es obtener el Amor, convierte a la persona en un “producto de mercado”.
Se vende el Medio, engañado, diciendo que se vende el Fin. Para estar en el mercado del amor se debe contar con opciones de contacto social, se debe saber venderse bien. ¿Hay algo de cierto? ¿Así se mueve, en el fondo, el mecanismo natural del amor y del amar? ¿O es mercadotecnia construyendo Poder mediante una ilusión de exclusión o inclusión de “privilegios”?
Marginados del azar, los jugadores en el mercado del amor buscan ganar una historia viva, con cartas previstas por el que controla y distribuye el mazo. ¿Se convierte el medio en el historiador? ¿Es el discurso de la Soledad, y ahora el del Amor, una maquinaria que fabrica necesidades ideales?
Tantas preguntas y preguntas y preguntas surgen a raíz de la pandemia que sacude al planeta y recluye en casas de cristal, que nos exhiben habitando con monstruos invisibles; y surgen también, de la lectura de El Orden del Discurso, de Michel Foucault, texto obligado para escritores y para todo aquel que vive en un mundo donde las personas (tú y yo) son leídas como líneas en un plan de poder. En él, nos previene del desplazamiento que ha sufrido el Discurso Verdadero, el que habla desde la verdad, hacia el Discurso Falso, originado de la voluntad de crear verdades que generen poder.
El pensamiento, es un efecto de los discursos escritos y escuchados; por ello el peligro de mirarnos desde ahí. La Verdad, dice Foucault, se disfraza de Falsas Verdades al punto de no reconocerse a sí misma. Nuestro verdadero ser se oculta en falsas creencias fabricadas por la máquina de los discursos.
Cierra tus oídos y abre tu alma a tu naturaleza, la relación esencial es con la Vida en ti. _
