Los días siguieron su curso y finalmente transcurrió el mes de gracia para la no aplicación de los aranceles que penalizan económicamente la importación de productos a los Estados Unidos provenientes de México y Canadá. Hasta el cierre de esta edición y al momento de redactar este texto, las declaraciones deDonald Trump y la revelación del contenido de una orden ejecutiva indicaban que el presidente estadounidense sí cumplió su amenaza de aplicar aranceles a una tasa del 25 por ciento.
A pregunta expresa, Donald Trump reafirmó que los aranceles entrarían en vigor este martes y que tanto México como Canadá no tenían margen de maniobra para impedirlo.
No nos detendremos a cuestionar si todo lo obtenido por Trump de parte de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, para mitigar o aplazar su observancia fueron solo una posición ventajosa para Estados Unidos.
A finales de enero Trump ya lo había dicho por lo claro: los aranceles van y “no hay nada que puedan hacer” para impedirlo sus socios comerciales del T-MEC.
Y aunque en este espacio habíamos abordado hace exactamente un mes que la suspensión no dejaba de ser “solo un breve respiro” y hacíamos votos por que se alcanzaran acuerdos para disipar los nubarrones económicos, al final el tiempo nos alcanzó.
Adelantábamos que el dinamismo de la economía de Guanajuato se ralentizaría, mientras se aludía al caso GM, cuya capitana Mary Barra, afirmó que la armadora tendría capacidad de reacción para trasladar producción a EU y evitar los aranceles.
Ayer mismo, otra armadora con sede en la entidad fue el tema de conversación luego de que una agencia de noticias especializada en finanzas informara de presuntos planes para producir un modelo híbrido en su planta de Celaya, que se habrían cancelado ante la inminente entrada en vigor de los aranceles.
Y aunque por la noche portavoces de la empresa rechazaron que se hubiera tenido un proyecto de esa naturaleza, y por ende, no era susceptible de ser cancelado, entre fuentes sindicales del sector automotriz ya prevén un “frenón” en la economía. Empezando por la disponibilidad de laborar horas extras, que ya se les esfumó, durante “la pausa”.
* Periodista de investigación.
Ex servidor público de carrera