Una multitud de leoneses se congregó tanto en la Catedral, así como en un cementerio privado de la zona del bulevar Delta casi a la altura con el bulevar Aeropuerto, para rendir homenaje y dar el último adiós al niño Mateo.
La solidaridad de toda una ciudad que se hizo patente en aquellos quienes participaron en las labores de búsqueda con vida del menor no menguó y se convirtió en una gran indignación tras conocerse el lamentabilísimo desenlace, por lo que al difundirse la agenda del sepelio, cientos de personas de todas las edades acudieron para acompañar al menor a su última morada y a consolar, de alguna manera, a los familiares.
No faltaron los cantos, abundaron las exigencias de justicia, el llanto de dolor, la rabia y la impotencia. Simbólicamente se liberaron globos blancos al aire en memorial de ese estudiante de secundaria cuya vida quedó frustrada de esta manera tan dolorosa.
Cada quien, en la medida de su entendimiento y con las palabras a su alcance, se sumaba a la condena y al llamado a la acción: ¿Qué sigue? ¡Exigir firme aplicación de justicia! por supuesto. Catalizar la iniciativa ciudadana para dirigirla a otras acciones de búsqueda en el futuro inmediato. Bien. Presionar a las autoridades para evitar que casos como este sigan sucediendo.
Y es precisamente en este contexto que una trabajadora del sector educativo a través del reportero Christian Ortiz llamó a los leoneses a implementar estrategias de autocuidado orientadas a lograr que los niños puedan resguardar su integridad y saber decir “no” en caso de que se encuentren en peligro.
Irma compartió: “como ciudadanos, todos tenemos algo que hacer, somos corresponsables del cuidado de las nuevas generaciones. Que haya un periodo de reflexión sobre nuestro compromiso con los pequeños y sus familias”.
