Con la primavera y el aumento de luz solar en el hemisferio norte del planeta, de entrada, se activa la producción de enzimas y hormonas como la serotonina y la melatonina, que son sensibles a la luz del Sol; además de funciones fisiológicas como la fertilidad y la producción de la vitamina D.
Y para darle la bienvenida a este periodo en donde la naturaleza empieza a manifestarse con fuerza; momento de gran energía, de renovación y para plantar las semillas, tanto físicas como mentales, que queremos ver crecer en el año; practicar Simhasana, la postura del León, es una excelente opción, siendo la única posición que se acompaña con un sonido.

La postura del León nos invita a ser fieles a nosotros mismos y a poner afuera nuestra verdad cualquiera que ésta sea, lo que permite establecer objetivos más reales, claros y asertivos, por eso se dice que su práctica cultiva Satya, que en sánscrito significa verdad o correcto.
Como explica la página Viví Yoga, cuando practicamos Simhasana, y logramos pasar de la risa que genera estar con la lengua afuera y haciendo bizcos por un rato,—risa que también es terapéutica—, conectamos realmente con la postura. “Energéticamente actúa sobre Vishuddha, el quinto chakra, el centro de conciencia de la auto-expresión, de la comunicación, de la inspiración y también de la purificación. Es a través de él que podemos expresar nuestros sentimientos y emociones, que de otra manera seguirían rondando nuestra mente en forma de pensamientos, ansiedad e inquietud”.
Para entrar en Simhasana inicia de rodillas. Cruza el tobillo derecho sobre el izquierdo, permitiendo a los pies apuntar hacia los dos lados. Siéntate hacia atrás sobre el talón derecho, a la vez que presionas las palmas firmemente contra las rodillas, abriendo y extendiendo bien los dedos. Inhala profundamente a través de la nariz. Exhala, abriendo la boca y sacando la lengua hacia el mentón haciendo el sonido “haaaaa” a manera de rugido. Abre bien los ojos y haz bizco para ejercitar los músculos de los globos oculares, tonificando y aumentado el flujo de sangre a toda la región de los ojos. Mantén unos segundos la postura y cambia de rodilla, repitiendo la postura con la rodilla izquierda cruzada sobre la derecha.