
Aunque el maestro BKS Iyengar ubica a Salabhasana dentro de las posiciones cuya dificultad es grado 1 de 60, lograr armar la postura del Saltamontes para muchos principiantes demanda mucha fuerza y flexibilidad para flexionar la espalda hacia atrás y lograr levantar las piernas, lo que no es recomendado en caso de lesiones de espalda o cuello. Es por eso que hoy te proponemos la forma restaurativa y suave de la posición: Salamba Salabhasana, es decir con apoyo.
Esta forma relaja suavemente el sacro y la parte inferior de la espalda mientras alivia la rigidez en el cuello, la parte superior de la espalda y los hombros. De acuerdo a la autora y maestra de yoga y meditación Leza Lowitz, “acostarnos boca abajo también nos permite soltar el agarre sutil en los muslos, las ingles, la pelvis y el vientre. Además, ayuda a liberar la constricción de los músculos psoas, aliviando la tensión en el abdomen y estimulando el sistema digestivo y los riñones”.
Pero, además, esta posición también conocida como la postura de la Langosta se recomienda para aquellos que se sienten ansiosos o abrumados, o tienen problemas para calmar la mente o mantener los ojos cerrados.
“Hago esta postura cuando me duele la espalda, cuando tengo los hombros y el cuello rígidos, o cuando simplemente me siento abrumada por el ritmo y las exigencias de la vida y quiero sentirme más conectada a la tierra. También se recomienda para aquellos con ansiedad leve, ya que es una postura que es calmante y reconfortante”.
Para armar Salamba Salabhasana coloca dos mantas dobladas para descansar la frente y una más donde irá tu pelvis. Ahora coloca tres cojines a manera de tobogán para levantar las piernas. Acomódate boca abajo sobre los apoyos y coloca los brazos doblados a los lados del mat. Debe sentirse un ligero estiramiento pero sin tensión ni en la espalda ni en el cuello.
A medida que tu respiración se profundiza deja que tu cuerpo caiga sobre el mat y los apoyos: Esto ayuda a calmar y relajar la mente y el cuerpo y activa el sistema nervioso parasimpático (la respuesta de relajación). La suave presión en el vientre y el abdomen induce un efecto de conexión con la tierra.
La postura, además, renueva la circulación sanguínea, regula la función intestinal, ayuda a liberar el estrés y mejora la función del hígado, páncreas y riñones.