Para muchos, el yoga en Occidente estaría alejado de sus raíces y propósitos originales. Lo cierto es que hay escuelas contemporáneas que aportan y complementan la práctica en lugar de restarle.
Tal es el caso de Shakti Dance o yoga de la danza, una forma de yoga —desarrollado por la yoguini Sara Avtar y basado en el Kundalini Yoga del maestro Yogui Bhajan—, que utiliza movimientos orgánicos, fluidos y rítmicos para armonizar la mente, el cuerpo y el espíritu.
En el plano espiritual, Shakti Dance es la fusión de Shakti, o la “gota” individual de conciencia, con Shiva, el “océano” de la conciencia, equilibrando el flujo de Prana o energía vital en el cuerpo y la mente. Esta experiencia “abre al practicante al espíritu creativo de Shakti, permitiéndole al Ser despierto brillar y expresar su potencial con plenitud”.
“Combinando respiración, movimiento, mantras y meditación, regresamos a nuestra verdadera naturaleza, afinando el cuerpo como un instrumento para expresar nuestra esencia, con original creatividad y autenticidad”.
El sistema de Shakti Dance se despliega a través de ocho fases que desarrollan una línea energética. El principal objetivo es abrir, limpiar y expandir el cuerpo de energía o cuerpo pránico, facilitando la fusión con el Espíritu. Estas fases trabajan con las polaridades de Shakti y Shiva; movimiento y calma; fuerzas centrífugas y centrípetas.
Shakti Dance incluye una mezcla de asanas que fluyen en secuencias cíclicas, respiración rítmica, ejercicios de danza energetizante, danza libre, relajación y meditación en movimiento con mantras.
El yoga de la danza masajea y libera el cuerpo y la mente de los bloqueos, aliviando el estrés, relajando y abriendo la conciencia a experimentar la vida fluyendo en armonía. Al abrir y equilibrar los canales energéticos sutiles llamados meridianos y nadis, se estimula y libera la fuerza vital del alma.
Como explica Sara Avtar: “Intensificando nuestra relación con nuestros chakras, nace una nueva sensibilidad aumentada y delicada. Así, el cuerpo aparece como un instrumento animado por nuestro Ser Divino.”
Esta práctica se vale del entendimiento de la filosofía yóguica, con el fin de desarrollar la gracia y la fluidez del libre movimiento del Espíritu, despertando y activando los principios universales de movimiento armónico.
“Aprender a rendirse a la corriente sutil interior, ayuda a organizar nuestro movimiento intuitivamente y sin esfuerzos, llevándonos hacia el flujo natural de la danza. Al inducir el estado yóguico de unión o fusión, se desarrolla el movimiento de gracia sagrado, cargado con la presencia vibratoria de la propia alma”.
(Con información de shaktidanceacademy.com, shuniayoga.com y ramayoga.org)
@marien_caminoa7