
Para la tradición yóguica, el ser humano se integra por cinco cuerpos que van desde lo más denso a lo más sutil. Estos cuerpos llamados koshas —término que en sánscrito significa envoltura— en realidad son niveles de conciencia cuyo nivel más profundo es el Ser superior unido a la Conciencia divina. Este esquema se halla descrito en el “Taitiríia Upanishad”, uno de los textos sagrados del hinduismo.
Y en esta ocasión te presentamos asanas que representan y trabajan cada uno de estos niveles. “La mayoría de las personas se quedan atrapadas en el cuerpo físico, operando en las capas más externas sin darse cuenta de que hay capas más profundas, ni de la relación que existe entre ellas”.
La primera envoltura, de nombre, Annamaya es la envoltura física, el cuerpo real, que depende del alimento o anna para nutrirse. “Como todas las capas están conectadas, es importante prestar atención al tipo de alimento con el que alimentas tu Annamaya”.
En este nivel trabajamos el cuerpo físico mediante las asanas donde a través de músculos y huesos afectamos a los órganos y sistemas internos para mejorar nuestra salud.
Aquí Virabhadrasana I, la poderosa postura del Guerrero, robustece los músculos de espalda y piernas, estira los hombros, el cuello, el abdomen y las ingles (psoas); abre el pecho y los pulmones, alivia la acidez de estómago y mejora la digestión, al tiempo que tonifica la vejiga y corrige el desplazamiento del útero. Además aumenta la fortaleza, el vigor del cuerpo y la concentración mental.
La segunda envoltura es Pranamaya kosha y se refiere al cuerpo energético. Pranamaya significa compuesto de prana, que es la fuerza vital que une el cuerpo y la mente. Su manifestación física es la respiración y se compone de la energía vital que fluye a través del cuerpo. Nuestros esfuerzos resultan en un incremento de la vitalidad.
Aquí, Bhujangasana , la postura de la Cobra desarrolla la flexibilidad y fuerza de la columna vertebral. Y aunque la concentración se centra en primer lugar en el chakra de la garganta, y luego en Manipura, el tercer chakra, ubicado a la altura del ombligo, durante la evolución de la postura y a través de una respiración profunda, los siete chakras y su energía son afectados. La Cobra activa la energía cósmica de Kundalini que yace dormida en nuestro cuerpo a nivel del coxis. _
Continuará…
Marién Estrada