Celebrado por primera vez el 22 de abril de 1970, el hoy conocido como el Día Internacional de la Madre Tierra reunió a más de 20 millones de personas que se manifestaron en las calles para hacer conciencia sobre la huella ecológica humana en el medio ambiente, que hoy ha alcanzado niveles dramáticos.
Como expuso el recién fallecido maestro Zen, Thich Nhat Hanh en 2014, en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático: “Tenemos que darnos cuenta de que la Tierra no es solo nuestro medio ambiente. La Tierra no es algo fuera de nosotros. Respirando con atención y contemplando tu cuerpo, te das cuenta de que eres la Tierra. Te das cuenta de que tu conciencia es también la conciencia de la Tierra. Mira a tu alrededor, lo que ves no es tu entorno, eres tú”.
La tradición yóguica considera a la Tierra, como elemento de sostén, de seguridad y de perserverancia, que además nos brinda el alimento para mantenernos vivos y crecer. “El elemento Tierra es la sustancia primordial del planeta que como arquetipo de la gran Madre cósmica que nutre y es contenedora de la vida”. En nuestro cuerpo está representado por los huesos que dan estructura, los músculos que dan forma y la piel que nos viste.
Y es justo esa conciencia la que inspira las tres posturas que hoy te proponemos para conectar con el espíritu de la Tierra, centrando la atención en el primer chakra Muladhara, ubicado en el área del periné, entre ano y genitales, y los chakras de pies y manos para poder recibir la energía a través de ellos.
-Bhadrasana, la postura de Durga, diosa de la Naturaleza, se menciona en el Hatha Yoga Pradipika como destructora de todas las enfermedades. Siéntate en el suelo con las piernas estiradas. Dobla las rodillas de manera que la planta de un pie toque la otra y tira de ellos hacia el cuerpo con las manos, cerca del periné. Agarra tus pies, siéntate recto, relaja los hombros y sonríe.
-Prithiviasana, la postura de la Diosa de la Tierra. Inhalando, yergue el tronco y lleva las plantas de los pies y las palmas de las manos a la tierra, abriendo las rodillas. Observa el ascenso de la energía entrando por manos y pies.
-Parvatasana, la postura del Himalaya o Montaña Sagrada. Cruza las piernas en Medio Loto. Estira bien los brazos por encima de la cabeza, en línea con las orejas y une las palmas de las manos.
Marién Estrada
@marien_caminoa7