En la entrega anterior de esta columna, señalamos algunas de las precauciones que las personas hipertensas deben tomar al realizar su práctica de Yoga; así que continuando con el tema, en esta ocasión hablaremos de los beneficios que esta disciplina les puede aportar.
De entrada, como explica el portal insayoga.com, el Yoga apacigua el sistema nervioso simpático por lo que se ralentiza el corazón: “Las asanas recomendadas, modificadas con apoyos, son las que mantienen la columna vertebral horizontal, pues permiten que el corazón se desacelere siendo que requieren de menos esfuerzo para bombear sangre al cerebro. Posturas sentadas y acostadas como Baddhakonasana, la postura del Zapatero; Virasana, la postura del Héroe y Upavista Konasana, la flexión sentada hacia delante, son también muy útiles”.
Las posturas de flexión hacia adelante regulan la acción cardíaca y la tensión arterial y con la cabeza apoyada, aportan una sensación de calma a la cabeza, el cuello y la cara como en el caso de Adho Mukha Swastikasana, la postura de la Cruz boca abajo. El diafragma y el corazón descansan al colocar el tronco hacia abajo en las posturas de pie, las cuales hay que modificar cuando los brazos se extienden por encima de la cabeza como en Virabhadrasana I, la postura del Guerrero I, colocando las manos en las caderas. En Trikonasana, la postura del Triángulo, conviene mirar hacia abajo, hacia el suelo en lugar de hacia el techo para evitar que la presión arterial se eleve.
Por ejemplo en Setu Bandha Sarvangasana, la postura del Puente, con un cojín tras la espalda, “el esternón debe elevarse desde la acción de la columna dorsal, de esta manera, el corazón obtiene suficiente espacio para funcionar y se libera un poco de la presión de las costillas”.
Es importante salir de la postura y descansar en Balasana, la postura del Niño, si se llegara a sentir agitación, incomodidad, enrojecimiento o mareos hasta que el malestar desaparezca.
Para cerrar la sesión se recomienda realizar un mínimo de cinco minutos de Savasana, la postura del Muerto, usando una manta bajo la espalda y la cabeza, si es necesario, para apoyar y alargar la parte posterior del cuello. Recuerda siempre practicar bajo la supervisión de tu médico tratante.
(Con información de insayoga.com y yogasastra.com)