en el AGN se encuentra el informe que el Cor. Escandón envió al virrey sobre los primeros actos culturales en la Provincia del Nuevo Santander, hoy Tamaulipas, (Cfr. Gabriel Saldívar, 1943)
Once años después de su conquista, en 1760, había tan sólo unas pequeñas aldeas de jacales con techo de palma, con su cuerpo de milicias, un misionero y un jacal que servía de iglesia. Sus pobladores procedían de los medios rurales de Guanajuato, Querétaro, San Luis Potosí, Coahuila, Nuevo León y la Huasteca. Sólo en la capital, la villa de Santander, hoy Jiménez, construyó Escandón su casa tipo mansión feudal, con un torreón en cada esquina.
Casi el único contacto con el exterior era por el trueque de sus cosechas y ganados o el arribo de mercaderes. Sólo con motivo de algún suceso extraordinario recordarían las fiestas de sus lugares de origen luciendo sus poetas los corridos norteños, danzas y habilidad musical. Así sucedió con la jura del nuevo rey hispano Carlos III, el 8 de Nov. de 1760, cuando hicieron un gran festejo en la capital.
Se dispuso en la plaza un tablado con arcos y adornos, al que se dirigió una comitiva de jinetes acompañando al Alférez Real con el estandarte real. Junto a dos capitanes subió al tablado a la jura y proclamación del nuevo monarca. “Hubo una salva de cañones y se tiraron bastantes monedas”. En la iglesia se cantó un Te Deum y se colocó el estandarte real bajo un dosel con el retrato de Carlos III, se colocó una guardia, se encendieron los hachones y se inició la música. Al día siguiente se asistió a Misa, continuando con el paseo de carretas con sus loas, refrescos y varias danzas; en la noche se presentó una comedia. Durante los seis días siguientes hubo corridas de toros, comedias, coloquios, las escaramuzas de moros y cristianos, mojigangas y música de costa, entre otras cosas, donde participaron la mayoría de las villas.
Describió Escandón lo divertido de la función, y “la fidelidad y el amor con que se esmeraron en obsequio de su soberano y reconocimiento de su ciega obediencia”.
Como se aprecia, sus pobladores no se veían tan incultos. Hermoso Tamaulipas entonces y ahora. _